Labordeta, espíritu de izquierda
JOAN PUIGCERCÓSConocí personalmente a Labordeta en el Congreso de los Diputados. Éramos dos diputados noveles, unos novatos en las lides parlamentarias de Madrid, por mucho que atesoráramos ya una dilatada trayectoria política. Por supuesto, la suya mucho más generosa y pródiga en experiencias que la mía. José Antonio venía de muy atrás, de cuando ser de izquierdas se decía con aplomo, sin rastro de sonrojo. Además venía del antifranquismo militante mientras yo poco recuerdo de esos días en que Franco acabó sus tristes días en la cama de un hospital y siendo Jefe del Estado. Cuando Franco murió servidor cursaba 4º de EGB.
Ambos representábamos a nuestras respectivas formaciones políticas en solitario. Y pronto entablamos una relación franca no exenta de complicidad. Lo cuál no era difícil, este aragonés tenía una gran facilidad para conectar con la gente. No sólo era un buen comunicador, también una persona capaz de generar empatía al momento, con ese bigote prominente y característico que le daba un aire singular y distinguido. Labordeta, como buen antifranquista, como ejemplar luchador contra la Dictadura, tenía un gran fondo, memoria y generosidad, esas cualidades que echamos en falta hoy en día en tantos de esos hombres y mujeres que un día fueron antifranquistas y soñadores y que hoy ya no sueñan porque lo que antaño fue les queda ahora muy lejos.
Siempre me impresionó su relato sobre la Constitución Española y el Partido Socialista de Aragón, cómo el antifranquismo de izquierdas de Aragón, excepto el Partido Comunista, confluyó en el proceso de constitución del PSA aragonés, federado con diferentes partidos socialistas de ámbito ibérico, entre ellos sectores del actual PSC catalán o el PSG gallego de Xosé Manuel Beiras o el PSM de Mallorca entre otros. Esa era la verdadera izquierda aragonesa, con apego sincero a la causa ecologista que latía en sus corazones, vehementes partidarios de la protección del aragonés y el catalán en sus dominios lingüísticos, la izquierda que quería derrotar y desmontar la dictadura y crear un orden nuevo. Pero todas esas ilusiones y proyectos, según me contaba Labordeta, se dieron de bruces contra una cosa llamada Federación Aragonesa del PSOE. En su momento, la izquierda aragonesa puso todo su empeño en tratar de llegar a un acuerdo razonable. A la postre resultó imposible. La gente que representaba Labordeta jugaban con las mejores bazas políticas, históricas e incluso morales. Ellos eran los que habían acumulado un capital precioso con su trayectoria antifranquista, atesoraban un inmenso trabajo durante años y una experiencia sin igual, eran los que conocían el territorio y sus necesidades. Y por si todo eso no fueran suficiente, eran los que basaban su actuación política en una verdadera voluntad de cambio. Pero la Federación aragonesa del PSOE disponía de un líder con proyección como Felipe González y el ingente dinero de los alemanes que tomó partido desde un primer momento y de forma determinante. Las ayudas de esa socialdemocracia europea al PSOE hicieron mella no sólo en Aragón, también en los socialistas catalanes que lideraba Josep Pallach, otra víctima del vendaval que arrinconó a la izquierda plural.
Después de 1977, la maquinaria electoral del PSOE, pese a sus contados militantes aragoneses, arrasó, dejando en la cuneta el esfuerzo titánico y el sacrificio secular de la izquierda aragonesa, entre los que se contaban hombres de la talla de José Antonio Labordeta. Tuvieron que transcurrir muchos años para que esa izquierda volviera a levantar la cabeza y emergiese una pujante y entusiasmadora Chunta Aragonesista, heredera directa de aquel PSA al que el PSOE pasó por encima. Al final se hizo justicia, no siempre es así porqué tampoco siempre se cuenta con el empeño, carisma y voluntad de hombres como Labordeta. Y esa izquierda aragonesa sin hipotecas, esa que no esperaba consignas de Madrid sino que exigía a Madrid, tuvo representación en las Cortes.
Ese es el Labordeta que me plazco de haber conocido. Hay otros, por supuesto. Como ese Labordeta gran conocedor y amigo de Catalunya, que defendía el catalán en Aragón y en todo el dominio lingüístico, de Fraga a Maó y de Salses a Guardamar. Ese hombre que no siendo catalán conocía y amaba la cultura catalana. Ese Labordeta que no era independentista pero que respetaba a los independentistas catalanes. Pocos intelectuales de esta península compartida nos han conocido y a su vez nos han respetado y defendido tanto.
Otro Labordeta es el de la cultura popular. Su versión más conocida era la televisiva, cuando con boina, bastón y mochila anduvo a lo largo y ancho de la geografía ibérica. Bajo esa imagen a sabiendas rústica se ocultaba un sabio que se expresaba de forma llana y diáfana. Pero a su vez con un discurso consistente, tolerante pero sin concesiones.
Esos son los Labordeta que conocí. Los tres eran uno: el hombre de izquierdas, el amigo de los catalanes y el intelectual. Hubo otro que jamás pude ver en acción: el hombre de familia, pese a que en las largas conversaciones en el Grupo Mixto, aprovechando los resquicios y tiempos muertos de la política parlamentaria, tuve ocasión de intuir.
Labordeta hablaba sin parar de su familia, era un hombre que amaba y que se sentía querido, que respetaba y exigía respeto. A la postre, de todos esos labordetas, tal vez me quede con la imagen del que siempre en el fondo fue: un maestro, era su vocación, un maestro como muchos otros, que las circunstancias de su país y la sed de justicia social le llevaron por otros derroteros, recorriendo un camino que no había previsto andar. Y sin duda hizo camino y, como solía decir, a menudo valió la pena. Descansa en paz, José Antonio Labordeta, demócrata, hombre de izquierdas, de cultura, amigo de Catalunya y defensor apasionado de Aragón.
Joan Puigcercós es presidente de ERC
Comentario por pirata
Comentario por insensato
a) Labordeta se recorría toda España, y se la mostraba a los españoles, no hacía política en su programa de televisión, sólo enseñaba un país maravilloso que es donde he tenido la suerte de nacer y se llama España. Era amigo de Cataluña, de Valencia, de Murcia, de Andalucía, …, por eso lo quiere todo el mundo, por que era nacionalista y de izquierdas, pero no sectario, ni excluyente y se alegró de que a las consultas ilegales por la independencia de Cataluña sólo fueran a votar cuatro gatos.
b) un diputado que “cursava” 4º de EGB que pretenda hablarme a mi de cultura nos dice el nivel de los políticos que tenemos en España y por ende, la situacion en la que estamos los españoles.
Saludos
Comentario por victor martinez
Para algunos, la política y el arte es lo que hacemos cuando salimos de currar. Y no sólo lo hacemos de boquilla, arriesgamos de lo nuestro para hacerlo.
Mis respetos a Labordeta, por su pasado antifranquista, pero a partir de allí todo fué acomodamiento. Y el señor Puigcercós ya nació en la época acomodada, donde para ser de izquierdas no arriesgan nada. Sin riesgos no hay política ni hay de nada.
Cobrar sueldazos, y tener todos los gastos pagados por el gobierno y lo único que se dedican a reunirse con tal o con cual. Eso es arriesgarse?
Permítanme que lo dudo. Y un saludo a todos los militantes de izquierdas que siguen luchando y no se acomodan.
Comentario por rafaa
Comentario por Pablo Zaragoza
¡Viva la República!
Comentario por Spaniard
ZAS…
Comentario por DiegoFernandez
Si Labordeta leyese esto fijo que le recordaria que amaba cataluña tanto como andalucia o asturias,y por encima de todas ellas su Aragon.
Ha sido un articulo muy lamentable…Labordeta se merece mucho mas que esto.
Comentario por el gaitero
Comentario por el lector
país.
Comentario por Pixavitania
Comentario por Ore
Por supuesto siempre habrá quienes, a través de sus fantasmas particulares, vean gigantes en lugar de molinos.
Comentario por Jose12Carlos
Aunque bien es cierto, que debería revisar la ortografía antes de darle enviar.
Comentario por nickenino
Comentario por Veronica
Comentario por libreXpresion
Había un señor en un foro sobre software libre -fundamentalmente- de los que tienen más solera de España, que firmaba sus comentarios con un simpático: “No estoy de acuerdo con lo que dices, así que criticaré tu ortografía, falacia manida en Internet donde las haya.
Comentario por Kordial
Comentario por Fanjul
Comentario por mitcoes
http://opinadorcompulsivo.blogspot.com/2010/09/hasta-siempre-labordeta-y-una-buena.html
No sólo le pasó al PSAragón, al PSAndalucía, y al PSPV, este último traicionado por el catalán Ernest Lluch que lo malvendió al PSOE, pagado con su ministerio y su incorporación a las aulas catalanas pues era profesor de económicas en Valencia.
Así tenemos un PSOE demócrata social, que a pesar de la posterior fusión con el PSP y los que se fusionaron previamente a él, nunca ha tenido ese capital humano que hubiese sido una maravillosa izquierda postfranquista, lleno de personas no tan famosas, pero tan cultas y comprometidas o más.
Una generación, que en gran parte desilusionaron, notándose gran diferencia entre la gestión de los asuntos públicos cuando ganaban los que a pesar de esta estafa resistieron, sobre todo en política local, y los que eran del PSOE directamente.
Otra oportunidad perdida para la historia de España.
PS: El PSC fue el que mejor pacto en la letra hizo con el PSOE, grupo parlamentario propio, congresos previos a los del PSOE, partido federado con el PSOE en vez de sucursal, pero … todo esto ha sido erosionado desde sus orígenes. otro gallo hubiese cantado si los dirigentes del PSPV y otros hubiesen pactado el federarse a lo PSC, no sólo para el PSOE, sino para los administrados por sus cargos electos..
Comentario por vigas
Comentario por JPMarat
Comentario por Un
Comentario por Rubio
Comentario por Lorena7
Comentario por Veronica
http://blogs.libertaddigital.com/blog-de-federico/
Comentario por alvagarci
Comentario por Malagosto
Comentario por Donatto