Friday, November 26, 2010

Julio Anguita: "(el amigo de Aznar) nos da la solución"







Julio Anguita: "Sin la República, no habrá solución a la crisis ni hoy ni mañana"El ex coordinador de IU y ex secretario general del PCE, ponente de la Conferencia Republicana que hoy celebra el PCE, defiende un nuevo "proceso constituyente"JUANMA ROMERO Córdoba 27/11/2010 01:00


Julio Anguita, en el estudio de su casa, en la calle de Alfonso XII de Córdoba, el pasado lunes 22 de noviembre.LAURA LEÓNAmpliar imagen Documentos relacionadosDocumento base para la Conferencia Republicana del PCENoticias relacionadasJulio Anguita: "IU carece de un sentido de proyecto estatal"Un nuevo manifiesto reclama una ley electoral más justaIU exige que los jugadores de 'La Roja' tributen sus primas en EspañaSergio Romero, el embajador pinochetista en MadridCuaja la primera fusión del espacio rojo y verde fuera de CatalunyaIU propone que las hipotecas se cancelen entregando la vivienda


Es un “antisistema”. Un dirigente “clásico” que ama la palabra y desdeña el “maridaje perverso de política y medios de comunicación”, que reduce el debate al show, “a las candilejas”.



Julio Anguita González (Málaga, 1941), ex líder de Izquierda Unida (1989-2000) y del Partido Comunista de España (1988-1998), diserta sobre su “desencanto” de la política y sus ganas de cambiarla en torno a los posos de un café en la cervecería Cruz Verde de Córdoba, para luego trasladar la charla unos metros más allá, a su casa, a su estudio poblado de libros y frente a su ordenador. Cae la noche en la ciudad. Son las horas en las que concentra su trabajo, después de su sesión diaria en el gimnasio (hace natación), la compra, la partida de dominó, la siesta. Escribe artículos, participa en debates en televisión y prepara dos libros. Uno sobre IU. Otro sobre la Tercera República, el tema que le ha devuelto a la actualidad. El secretario general del PCE, José Luis Centella, le encargó que dirigiese la ponencia de la Conferencia Republicana. Lo hizo. Y hoy sábado se discutirá su texto en Madrid.



En estos años, Anguita apenas ha cambiado. Físicamente, sigue ágil. Y, como se ve en la segunda parte de esta entrevista, en su mensaje político emerge sin tapujos su teoría de las dos orillas, aquella con la que imprimió la línea de IU en los noventa, en plena debacle del socialismo y que, a la postre, llevaría a la federación a una terrible derrota en 1999 y en 2000 –ya con Francisco Frutos de candidato–, cuando cayó de 21 diputados a sólo ocho. Ahora se encuentra embarcado en su proyecto de República, la única valla que podría parar esta "obra sin sentido de la política actual, con las instituciones deshilachadas" y una sociedad "anómica". Hay que acabar con la "trinidad del capitalismo", insiste unay otra vez: el mercado, la competitividad y el crecimiento sostenido.





Cuando usted y el líder del PCE presentaron el 4 de noviembre en Madrid la Conferencia Republicana, insistían en que ahora hay que hablar de República, “con la que está cayendo”. Justo con esta crisis, ¿cómo van a entender los ciudadanos que se hable de ella?



"Faltan millones de republicanos que para el saneamiento moral y político de la sociedad"

En un primer impacto, con todos los problemas que hay, sí podría sonar extraño. Pero yo ya en la fiesta del PCE de septiembre de 1996 ya advertía de que la Constitución no se había cumplido. Y según ha pasado el tiempo, la ruptura es más clara. El partido ha visto que había que dar contenido a ese revival republicano: la memoria histórica, la búsqueda de alternativas, el recuerdo de la II República. ¿Por qué? La Transición se ha agotado víctima de sus fracasos, devino en lo que en principio fue, una Restauración borbónica, exactamente igual a cuando Antonio Cánovas, en 1874, propicia la vuelta de Alfonso XII. La Transición no fue más que la Restauración de la monarquía expulsada por segunda vez en España.



Hoy la Constitución suena a cachondeo. Ni los partidos se la creen. Hay que dar respuestas a lo que llamo crisis de civilización, que no es sólo económica y financiera, sino medioambiental, alimentaria, ética, política, total. Y sólo es posible si la ciudadanía participa en política a través de un proyecto que la implica. España necesita a millones de hombres y mujeres republicanos que asuman esa tarea de saneamiento político y moral de la sociedad, que ejerzan de ciudadanos, con derechos y deberes. Ahora, hemos vertebrado el mensaje republicano en dos ideas –la declaración de Derechos Humanos de la ONU y la Carta de la Tierra de 2000– y una pregunta: ¿la economía está dentro de la biosfera o a la inversa? La respuesta republicana es que está dentro de la biosfera y se tiene que supeditar a la defensa de los equilibrios del planeta y al interés general. La economía no puede proyectar una sociedad, no es una ciencia de fines, ha de obedecer los objetivos que le marque el colectivo. Es como cuando a un arquitecto le encargas una casa: él la hace, pero tú le dices por dónde ha de hacerla. Claro que lo que digo va en contra de lo que existe. Obviamente.