Saturday, October 30, 2010
Centenario de M. Hernandez
Hoy se cumplen cien años desde que vino al mundo, para mejorarlo con su palabra, Miguel Hernández. Cárcel y muerte le dieron las Españas, herido y malherido anduvo por trincheras y hospitales. Se fue a los 31 años de edad, que pudo ser otra. Ahora está en las antologías y en la memoria de todos. La posteridad puede que sea una superposición de minorías, pero siempre favorece que haya 'videoclips' o que sus prodigiosos versos sean cantados por Serrat.
Miguel Hernández está en el Parnaso, pero antes fue huésped de celdas y vio la libertad entre barrotes. El 'carnívoro cuchillo' se clavó en su corazón descolgándose de la panoplia española.
(«Federico era mi hermano. Miguel era mi hijo», me decía muchos años después Pablo Neruda, con su voz entrecortada de dulce salitre. «Me los mataron. ¿Qué se puede pensar de un país que mata a sus poetas?»). A él casi lo mata el suyo, pero murió de tristeza, viendo como ardían sus libros. Un «sino sangriento» el de Miguel Hernández. También el de su mujer, Josefina Manresa, a la que dejaron huérfana los unos y viuda los otros.
Leopoldo de Luis y yo, que caímos en Elche por haber sido premiados en cierta lotería lírica, le llevamos un ramo de flores. Estaba todavía guapa, del mismo modo que estaría siempre triste.
Tenía un minúsculo taller de costura, con aquellas sonoras máquinas 'Singer' y con otras dos jóvenes atareadas. Leopoldo de Luis, que además de un poeta excelente estaba lleno de bonhomía y de cordialidad, no le dijo que su marido y él habían sido conmilitones. Ella nos habló de Vicente Aleixandre con devoción. No se fiaba de casi nadie más. Al final de la visita yo me atreví a preguntarle cómo era Miguel.
«El siempre con versicos», me dijo, sonriendo con la alegre tristeza del olvido.
Quizá no tenía conciencia de quién era el hombre con el que se había casado. Solo de que le quería.
Friday, October 29, 2010
ZAPATERO EN EL DUELO
Estuvimos en el duelo de Marcelino Camacho, un gran luchador por la justicia y las libertades de este país .Sufrió las injusticia y persecuciones del franquismo, pasó años en la cárcel llegando a estar incurso en el sumario 1001. Hoy el pueblo de Madrid y en particular los mayores se ha volcado con él, haciendo unas colas interminables para visitar el féretro y acompañar a su viuda.
Tuve la suerte de llegar en el momento oportuno que salia el presidente del gobierno,acompañado de Toxo, y hemos hecho un vídeo corto y fotos que las pondremos en breve
Tuve la suerte de llegar en el momento oportuno que salia el presidente del gobierno,acompañado de Toxo, y hemos hecho un vídeo corto y fotos que las pondremos en breve
El Ayuntamiento de Avila
El Grupo Municipal Socialista, en una moción al pleno
Piden retirar la Medalla de Oro de Ávila a Franco
C.T.I.
Medallón de Franco, en la actual calle Don Gerónimo (Ávila).
El pleno del Ayuntamiento de Ávila debatirá el viernes una moción que presentará el Grupo Municipal Socialista para que se retire la Medalla de Oro de la Ciudad al general Francisco Franco Bahamonde.
El nombre de quien dirigió los destinos de España entre 1939 y 1975 aparece “en primer lugar” en la lista de personas que cuentan con esta distinción. El PSOE cree que la medalla se debió conceder “antes de 1956”, por lo que ha solicitado que se revise y confirme si Franco cuenta con la Medalla de Oro de la Ciudad “o cualquier otra distinción u honor de carácter municipal” y que, de ser así y en “cumplimiento de la Ley sobre la Memoria Histórica, le sean retirados cualquier distinción u honor de carácter municipal que tuviera concedidos”.
Para la portavoz municipal socialista, Mercedes Martín, el mantenimiento de esta distinción, además, iría “en contra de los requisitos” que se exigen para conceder esta distinción a una persona y ello sin tener en cuenta que, además, en la ciudad, se mantienen símbolos que “recuerdan la Guerra Civil y la represión”, como una placa en el antiguo Convento de las Reparadoras, así como, en la calle Don Jerónimo, un medallón con la efigie de Franco.
Libros de texto
Por otra parte, el Grupo Municipal Socialista también pedirá que el Ayuntamiento de Ávila elabore, impulse y lidere, en consenso con el Consejo Escolar Municipal, las asociaciones de madres y padres de alumnos y los centros educativos, un programa de reutilización de los libros de texto, al menos, para la etapa de la enseñanza obligatoria.
Este programa implicaría un protocolo “muy sencillo” que haría que un alumno dejara, al acabar el curso, los libros que ya no necesitará en depósito, en el centro escolar. A cambio, se le entregará un recibo que podrá canjear por el mismo número de libros del curso que vaya a comenzar, sin coste alguno.
El PSOE pide que la gestión de este programa la lleven los servicios municipales “más adecuados a los objetivos y la operatividad de dicho programa”, que tiene como finalidad ayudar a las familias para “economizar” en el gasto de material didáctico, conseguir una “mejor” utilización de los recursos y fomentar el cuidado de los libros como valor educativo y cultural.
Wednesday, October 27, 2010
ACTO EN NAVALCAN
Estuvimos en Navalcan entregando las victimas a sus familiares y dandolas sepultura en el Cememterio "navalqueño".
Por fin el cura del lugar con la tiranta puesta, enterraba con el responso de rigor a los Rojos.
74 años hicieron falta para que los fusilados pudieran ir a la misma tierra donte se encuentran sus verdugos
Otro 74 aniversario se cumplia ese mismo dia, del asesinato del Abuelo ANIANO DE LA IGLESIA en Navarrevisca.donde los guardia civiles que le asesinaron le dejaron agonizante toda la noche.
Estoy en un ciber y tengo problemas para entrar em mi Blogeer. En cuanto lo consiga os pongo un album.
Por fin el cura del lugar con la tiranta puesta, enterraba con el responso de rigor a los Rojos.
74 años hicieron falta para que los fusilados pudieran ir a la misma tierra donte se encuentran sus verdugos
Otro 74 aniversario se cumplia ese mismo dia, del asesinato del Abuelo ANIANO DE LA IGLESIA en Navarrevisca.donde los guardia civiles que le asesinaron le dejaron agonizante toda la noche.
Estoy en un ciber y tengo problemas para entrar em mi Blogeer. En cuanto lo consiga os pongo un album.
Friday, October 22, 2010
MUERTOS POR CONDECORACIONES
-foto
La Asociación para la Recuperación de la Memoria (ARMH) comenzó su campaña anual de búsqueda de desaparecidos Retuerta del Bullaque (Ciudad Real) donde se trata de localizar los restos de tres conocidos maquis muertos en Los Montes de Toledo a manos de la Guardia Civil.
--------------------------------------Muertos por condecoraciones
La exhumación de una fosa común en Lugo documenta el modo de proceder de la Guardia Civil del franquismo
PATRICIA CAMPELO Madrid 21/10/2010 15:32 Actualizado: 22/10/2010 13:53
Se inician los trabajos para abrir una fosa de la Guerra Civil en Lugo
"Exhumando fosas hemos encontrado dignidades"
Desde hace algunos años, cada vez que aparecen cuerpos con signos de violencia en una fosa común del franquismo, se interpone con frecuencia la correspondiente denuncia en el juzgado pertinente.
Este modo de proceder se instauró a partir del año 2000, cuando se abrió la primera fosa con métodos científicos en Priaranza del Bierzo (León), pero nunca ha dado los resultados esperados. Por añadidura, desde que la Audiencia Nacional declarara a Garzón incompetente para investigar los crímenes del franquismo, pocos jueces se han atrevido a dar pasos que conduzcan al esclarecimiento de estos delitos.
En el caso de la fosa de la aldea de Vilavella (Lugo), en la que el pasado agosto se rescataron los cuerpos de tres guerrilleros antifranquistas procedentes de León, el juez que se personó en la exhumación decretó el sobreseimiento del caso alegando que "no aparece justificada la perpetración de delito" y que el 15 de noviembre de 1943, tras "la autopsia practicada", se procedió a un "enterramiento legal", ya que la Guardia Civil dejó constancia de "la inscripción de sus defunciones en el registro civil de Triacastela".
"La Guardia Civil del franquismo mataba inocentes para lograr ascensos y condecoraciones"
Muertes sin combate
"En 1943 ya no había guerra y los asesinatos se daban amparándose en la legitimidad del régimen", explica Santiago Macías, vicepresidente de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH), que trabajó en la exhumación de los cuerpos de la fosa de Vilavella y planteó la denuncia ante el juzgado de Instrucción número 1 de Becerreá.
La documentación que obra en el expediente sobre esta fosa incluye el atestado que instruyó la Guardia Civil en 1943 en el que indicaba que las tres víctimas eran "bandoleros buscados por sus delitos", de modo que su muerte "no fue extrajudicial", indica Macías: "Los mataron directamente en lugar de detenerlos".
La particularidad de este caso reside en que a la hora de enterrarlos, "les identificaron mal". "En la fosa exhumamos los cuerpos de Pedro Voces Canóniga, Antonio Vega Guerrero y Félix Yáñez González, pero según el atestado de la Guardia Civil de 1943 en esa fosa figuraban enterrados: Salvador Voces (hermando de Pedro) y Ovideo Peláez junto con Pedro voces (el único en el que acertaron)".
El juez ha sobreseido la causa alegando que el enterramiento "es legal"
Lo que se traduce de esta confusión es que la Guardia Civil del franquismo "mataba a gente que no era a quien buscaban con el objetivo de conseguir ascensos y condecoraciones", esclarece el vicepresidente de la ARMH. "Este punto es el que debería aclarar el juez, el hecho de que en la fosa hubiera enterradas dos personas diferentes a las que figuraban en el atestado de 1943", denuncia Macías respecto al sobreseimiento del caso por parte del juez instructor de Becerreá.
Las dos personas que se encontraban enterradas en la fosa de Vilavella y que no coincidían con las del atestado de la Guardia Civil (Antonio Vega y Félix Yáñez) "no debían figurar en ninguna lista o bien, pudo tratarse de guerrilleros de menor peso que aquellos que estaban en el atestado de 1943", razona Macías para aclarar el porqué de la identificación errónea de los cuerpos por parte de la Guardia Civil de la época.
Este episodio da cuenta una vez más del cruel modo de proceder de los artífices de la represión franquista. "Cuanto más buscada era la víctima, mayor era la recompensa que recibía el responsable de su muerte", indica Macías para dar mayor luz sobre estos episodios documentados.
Tras la exhumación, el juez de Becerreá recibió todas las pruebas recopiladas por el equipo que trabajó en la fosa y que constataban el error en las identidades de los cuerpos pero el titular del juzgado, "que podía haber pedido las pruebas de ADN", recalca Macías, se ha limitado a indicar que el "enterramiento es legal" y que "no hay pruebas suficientes del delito".
Deudas en Casavieja
Publicado el 21 Octubre, 2010 por pedrobernardoynodotros
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Más Deudas
Las disidentes (Isabel y Marisa) entre otros/as dejando más deudas. Hoy mismo nos reclaman otra deuda que dejaron al señor del Geo Radar (Luis Avial) que ponemos como archivo ya que viene en PDF.
No tenéis vergüenza: como nos vais a dar las facturas de los dineros públicos , si no vais dejando más que rastrojo con cañas.
¿No te da vergüenza Isabel, como has quedado en el Pueblo políticamente, para que ahora te veas envuelta en estos farragosos asuntos de la administración del dinero de los fondos públicos? De los que no queréis ni enseñar su dedicación y entregas?
Mira, a Marisa tu secretaria aquí en Pedro Bernardo no la conoce nadie. A Ti, y a Ángel “botas” como depositario de esos fondos sí.
Poner orden y dar cumplimiento a esa dedicación (como todo dinero público), antes de que sea más tarde, porque algunos van a llevaros a los tribunales.
Extracto esto de la Memoria Viva.
((Acto seguido llegaron las lecturas de Isabel, que muy emocionada dedicó unas palabras que nos volvieron a retraer el ánimo con el recuerdo del sufrimiento y el oprobio recibido, tanto por parte de las víctimas como de sus familiares. Palabras que enaltecían a los protagonistas del homenaje (las víctimas y sus familias), y que en ningún memento incitaron a crear un ambiente de odio, si no de emotividad conmovedora. Marisa Hoyos la siguió con el sentimiento a flor de piel con la exposición de los trabajos de excavación y exhumación; y las percepciones emocionales que provocaron los mismos.))
Y estas necesitadas gente casavejanas de Memoria Histórica (que pongo en fotos, sin saber las trapisondas que os traéis) Sin que ellos sean deudores de nada.
Ya os vale. Pero lo leerán los de Casavieja: tanto beso y tanta foto para no pagar los trabajos del Geo Radar
factura 16 NUESTRA MEMORIA[1]
GARZON
Garzón.- Conde-Pumpido critica el "vapuleo mediático y político" a jueces y fiscales para deslegitimar sus decisiones
21/10/2010 - 18:42 Puntúa la noticia :
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Conde-pumpido dice que las insinuaciones" sobre bono no eran suficientes para acusarle (21/10)
Conde-Pumpido dice que le produce "desconcierto" que la lucha contra la corrupción sea motivo de confrontación política (21/10)
Eta. conde-pumpido dice que eta se precipita hacia el final (21/10)
Conde-pumpido se muestra muy satisfecho por la exculpación de las fiscales del caso gÜrtel (21/10)Informa de que hay una causa pendiente en el Tribunal Supremo contra Jiménez Villarejo por su apoyo al juez de la Audiencia Nacional
MADRID, 21 (EUROPA PRESS)
El fiscal general del Estado, Cándido Conde-Pumpido, ha reconocido en sede parlamentaria que no resulta muy fácil hacer valer la independencia de los tribunales cuando éstos "están sometidos a un permanente vapuleo mediático y político sin más razón ni objeto que el de deslegitimar públicamente sus decisiones (...) cuando no convienen a los intereses particulares o partidistas".
Conde-Pumpido ha respondido de este modo durante su comparecencia en la Comisión de Justicia del Congreso en respuesta a una cuestión planteada, a instancias del PP, sobre la defensa de la dignidad del Tribunal Supremo en los procedimientos que se siguen contra el juez suspendido de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón.
"La preservación de la independencia y dignidad de los tribunales, y muy especialmente del Tribunal Supremo, dada la entidad de su misión constitucional, es una tarea que depende de (...) la debida asimilación, con carácter general, de la necesidad de respeto a las instituciones, y muy singularmente a las que conforman el poder independiente del Estado encargado de administrar justicia".
Tras destacar que el fiscal general del Estado tiene la "obligación constitucional" de velar por la independencia de los tribunales, Conde-Pumpido ha recordado que en este momento existen al menos dos procedimientos judiciales relacionados con los ataques recibidos por el Tribunal Supremo a raíz de su actuación contra Garzón.
PROCEDIMIENTO POR APOYAR A GARZON
Así, ha explicado que en el Juzgado de lo Penal número 27 de Madrid se inició un procedimiento contra el ex fiscal Carlos Jiménez Villarejo y contra el rector de la Universidad Complutense, Carlos Berzosa, por denuncia del sindicato Manos Limpias, a raíz del acto público celebrado en la sede académica en apoyo a Garzón.
De momento, el asunto se ha sobreseído en lo relativo al rector (sin ser recurrido este archivo por ninguna de las partes),mientras que respecto a Jiménez Villarejo el juez de Madrid se inhibió a favor de la Audiencia Nacional, que ha planteado cuestión de competencia ante el Tribunal Supremo.
Un segundo procedimiento es la deducción de testimonio ordenada el pasado mes de mayo por el propio Supremo en relación con un acuerdo del Pleno del Ayuntamiento de Ferrol (A Coruña) en el que se realizaron manifestaciones críticas contra el alto tribunal. En este caso, Conde-Pumpido ha señalado que "las actuaciones están en curso" y que no podía hacer público su contenido.
EGUNKARIA
Conde-Pumpido también defendió la labor de los Fiscales en el "caso Egunkaria" (diario editado en euskera) cuyos responsables fueron absueltos tras la celebración de un juicio en el que la Fiscalía no acusó, a pesar de haber defendido la culpabilidad de estas personas durante toda la instrucción.
A este respecto, el diputado de ERC Joan Tardà ha advertido a Conde-Pumpido de que deberían "removérsele las tripas", como le ha ocurrido a él, cuando habla del caso 'Egunkaria', en el que le ha instado a responder si las personas fueron "torturadas". "Hay demócratas que se avergüenzan más que otros de estos pecados, pero estos pecados existen", ha espetado.
En respuesta a Tardá, el diputado del PNV Emilio Olabarría también ha criticado al principal representante del Ministerio Público por aludir al caso Egunkaria sin hacer mención a quienes fueron "detenidos, procesados, imputados y torturados".
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MADRID, 21 (EUROPA PRESS)
El fiscal general del Estado, Cándido Conde-Pumpido, ha reconocido en sede parlamentaria que no resulta muy fácil hacer valer la independencia de los tribunales cuando éstos "están sometidos a un permanente vapuleo mediático y político sin más razón ni objeto que el de deslegitimar públicamente sus decisiones (...) cuando no convienen a los intereses particulares o partidistas".
Conde-Pumpido ha respondido de este modo durante su comparecencia en la Comisión de Justicia del Congreso en respuesta a una cuestión planteada, a instancias del PP, sobre la defensa de la dignidad del Tribunal Supremo en los procedimientos que se siguen contra el juez suspendido de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón.
"La preservación de la independencia y dignidad de los tribunales, y muy especialmente del Tribunal Supremo, dada la entidad de su misión constitucional, es una tarea que depende de (...) la debida asimilación, con carácter general, de la necesidad de respeto a las instituciones, y muy singularmente a las que conforman el poder independiente del Estado encargado de administrar justicia".
Tras destacar que el fiscal general del Estado tiene la "obligación constitucional" de velar por la independencia de los tribunales, Conde-Pumpido ha recordado que en este momento existen al menos dos procedimientos judiciales relacionados con los ataques recibidos por el Tribunal Supremo a raíz de su actuación contra Garzón.
PROCEDIMIENTO POR APOYAR A GARZON
Así, ha explicado que en el Juzgado de lo Penal número 27 de Madrid se inició un procedimiento contra el ex fiscal Carlos Jiménez Villarejo y contra el rector de la Universidad Complutense, Carlos Berzosa, por denuncia del sindicato Manos Limpias, a raíz del acto público celebrado en la sede académica en apoyo a Garzón.
De momento, el asunto se ha sobreseído en lo relativo al rector (sin ser recurrido este archivo por ninguna de las partes),mientras que respecto a Jiménez Villarejo el juez de Madrid se inhibió a favor de la Audiencia Nacional, que ha planteado cuestión de competencia ante el Tribunal Supremo.
Un segundo procedimiento es la deducción de testimonio ordenada el pasado mes de mayo por el propio Supremo en relación con un acuerdo del Pleno del Ayuntamiento de Ferrol (A Coruña) en el que se realizaron manifestaciones críticas contra el alto tribunal. En este caso, Conde-Pumpido ha señalado que "las actuaciones están en curso" y que no podía hacer público su contenido.
EGUNKARIA
Conde-Pumpido también defendió la labor de los Fiscales en el "caso Egunkaria" (diario editado en euskera) cuyos responsables fueron absueltos tras la celebración de un juicio en el que la Fiscalía no acusó, a pesar de haber defendido la culpabilidad de estas personas durante toda la instrucción.
A este respecto, el diputado de ERC Joan Tardà ha advertido a Conde-Pumpido de que deberían "removérsele las tripas", como le ha ocurrido a él, cuando habla del caso 'Egunkaria', en el que le ha instado a responder si las personas fueron "torturadas". "Hay demócratas que se avergüenzan más que otros de estos pecados, pero estos pecados existen", ha espetado.
En respuesta a Tardá, el diputado del PNV Emilio Olabarría también ha criticado al principal representante del Ministerio Público por aludir al caso Egunkaria sin hacer mención a quienes fueron "detenidos, procesados, imputados y torturados".
Wednesday, October 20, 2010
El Supremo expulsa definitivamente a Falange de la causa contra Garzón

Última actualización 19/10/2010@13:15:53 GMT+1
El Tribunal Supremo desestima el recurso de Falange que queda así definitivamente fuera como acusación particular en el proceso que se sigue contra el juez por los crímenes del franquismo. Se trataba del último recurso por resolver para fijar la fecha de inicio del juicio oral contra el magistrado. Baltasar Garzón está ya a un paso de sentarse en el banquillo por la causa de la Memoria Histórica.
NUEVATRIBUNA.ES / I.G.C. 18.10.2010
Era el último recurso que quedaba por resolver para la apertura del juicio oral contra Baltasar Garzón en la causa de la Memoria Histórica y sobre el que el Tribunal Supremo ha tardado casi medio año en pronunciarse.
Garzón fue suspendido de sus funciones como magistrado de la Audiencia Nacional el pasado mes de mayo por decisión del Consejo General del Poder Judicial por presunta prevaricación al intentar investigar los crímenes de la Guerra Civil y el franquismo.
La Sala Penal ha desestimado la apelación hecha por Falange Española de la JONS para actuar como acusación particular en el proceso contra el juez de la Audiencia Nacional, después de que fuera expulsada de la causa a decisión del juez instructor Luciano Varela por incumplir los requerimientos respecto a determinados defectos formales en el documento inicial.
El auto, firmado por Juan Ramón Berdugo, Juan Saavedra, Adolfo Prego, Francisco Monterde y Joaquín Jiménez García, ha contado con el voto particular de este último, quien pese a compartir la decisión final de sus compañeros discrepa de sus argumentos al entender que si Varela consideró inadmisible el escrito de representación de Falange debió declararlo así desde el principio sin dar plazo a una posible subsanación, hecho por el cual también recurrió en contra la defensa de Garzón.
No obstante, en el proceso sí tomará parte la otra organización ultraderechista que se querelló contra el juez, el pseudo sindicato Manos Limpias, a la que Varela también permitió corregir ciertos aspectos en su escrito de acusación.
Con esta resolución, que ha tardado casi medio año en dictarse, el Supremo tiene vía libre para fijar la fecha de inicio del juicio contra Garzón imputado a su vez por otro presunto delito de cohecho por los cobros recibidos por unos cursos, patrocinados por el Banco Santander, durante su estancia en la Universidad de Nueva York en 2005 y 2006.
GARZÓN PIDE AL SUPREMO QUE AGILICE EL PROCESO POR EL PATROCINIO DE LOS CURSOS
Sobre este último asunto se refirió Garzón para afirmar que el juicio "no puede producirse", pues, en su opinión, "no hay absolutamente ninguna actividad delictiva", algo que adelantó "va a quedar perfectamente claro".
"Es muy difícil demostrar hechos negativos, pero incluso así lo vamos a hacer. Digo esto porque no sé por qué se me está investigando hasta este momento, pero a pesar de eso, quedará finalmente muy claro", sentenció tras participar en Madrid en la presentación del tercer informe del Observatorio del Centro Internacional de Toledo para la Paz.
Cuestionado por los periodistas por la posibilidad de que el juicio por el patrocinio de los cursos se celebre antes que la causa que el juez tiene abierta por presunta prevaricación al investigar los crímenes del franquismo, Garzón dijo que se trata de "algo que no puede producirse", puesto que "no ha habido ningún cobro, ningún pago" al margen de las cantidades pactadas en cuanto a los cursos impartidos en dicha institución estadounidense.
"Lo digo aquí, se lo dije al instructor, no ha habido ningún ocultamiento al instructor del Supremo, aunque él mantiene un criterio diferente". "Pero yo le voy a demostrar a él y a todo aquel que quiera oírlo que no lleva razón", añadió.
Tuesday, October 19, 2010
Aquello fue una guerra"
La misma impunidad y mentiras de siempre en la España post genocidio, dos años después del auto de Baltasar Garzón
Claro que los fusilamos. ¿Qué esperaba? ¿Suponía que iba a llevar 4000 rojos conmigo mientras mi columna avanzaba contrarreloj? ¿Suponía que iba a dejarles sueltos a mi espalda y dejar que volvieran a edificar una Badajoz roja?”.
Declaraciones al corresponsal de guerra americano John T. Whitaker del Teniente Coronel Juan Yagüe, “Carnicero de Badajoz”, todavía hoy “Marqués de San Leonardo de Yagüe”.
Nos cuenta Jean Pictet que ya desde las «siete Obras de la verdadera Misericordia» en Egipto, se prescribía como quinta, sexta y séptima: «(…)liberar a los prisioneros, asistir a los enfermos, enterrar a los muertos». Que ya en Persia, el emperador Ciro ordenó prestar a los caldeos heridos la misma asistencia que a sus soldados.
Y que ya en la antigua India, tanto en la “Mahabharata” como en la “ley de Manú”, estaba prohibido matar al enemigo desarmado o que se rindiera, que había que enviar los heridos a sus hogares, después de haberlos curado, y que estaban prohibidas las armas arpadas o envenenadas así como las flechas incendiarias, reglamentándose la requisa de la propiedad enemiga y la cautividad, y que estaba prohibido declarar que se haría guerra sin cuartel y otros, con un paralelismo asombroso al Reglamento de La Haya de 1907 sobre las leyes y costumbres de la guerra. De modo que, contrariamente a lo que tantas veces se afirma, con demasiada ligereza, el Derecho humanitario, las leyes de la guerra, no nacieron en modo alguno con las Naciones Unidas en 1945… demasiado tarde para la “guerra civil” española se suele apostillar además – y así se supone que cuando los golpistas emprendieron su guerra de agresión no habría habido normas de referencia y claro… –. Es que ni siquiera se puede decir que naciera propiamente en 1919 cuando tras la Primera Guerra Mundial y la creación de la Sociedad de Naciones el tratado de Versalles operaba ya el primer reconocimiento expreso internacional del deber internacional de enjuiciar criminalmente a los responsables de crímenes de guerra (artículos 227 a 230).
De hecho se estima que el deber de respetar la vida de los prisioneros y otras normas básicas de humanidad hacia la población civil vendría a quedar definitivamente consagrado al menos desde 1785, con el que fuera el famoso tratado de paz y amistad firmado por Federico el Grande y Benjamín Franklin y que daría lugar a la consagración de distintos principios de derecho consuetudinario. Ello mientras en otros instrumentos inmediatamente posteriores, como el Decreto de 2 de Agosto de 1793, durante la Revolución francesa, se formularían ya especificas obligaciones básicas de protección hacia población civil especialmente vulnerable a las hostilidades como “deber de humanidad”:
“Les femmes, les enfants et les vieillards seront conduits dans l’intérieur, il sera pourvu à leer subsistance, à leur sureté, avec tous les égards dus à l’ humanité” (artículo 8);
Como se puede ver, nada de dejar morir a los niños de hambre y enfermedad hacinados en los conventos-prisión, nada de robarles a los bebes y tenerles todavía buscándolos 70 años después… Y acontecimientos posteriores como la batalla de Solferino y el surgimiento del movimiento internacional de la Cruz Roja, el Código Lieber de 1863 – surgido durante la guerra civil de los Estados Unidos y posteriormente adoptadas por otros Estados europeos como Alemania en 1870 – , o la Declaración de Bruselas de 1874 no hicieron sino abundar y reforzar todo ello…reiterando y reconocido una y otra vez en tales leyes y obligaciones en caso de conflicto bélico.
De hecho – en lo que representa uno de los episodios más tempranos, y menos citado de justicia post-conflicto –, el Código Lieber daría lugar en Estados Unidos al enjuiciamiento y condena ya en 1865 de Heinrich Hartmann Wirz, responsable confederado del campo Sumter de prisioneros, en Andersonville, por los abusos criminales y trato inhumano dado a los mismos.
Sí, el lector ha leido bien un antecedente jurisprudencial de condena penal de un responsable de un campo de prisioneros ya desde 1865. En España, en cambio, todavía hay quien se atreve a bromear en las conferencias sobre las condiciones “recreativas” y de esparcimiento de los prisioneros de guerra llevados al Valle de los Caidos víctimas de trabajos forzados que el régimen trató de encubrir al menos hasta 1958. Casi 100 años después. Según parece vamos con un siglo de retraso en justicia de criminales de guerra y de lesa humanidad, pero antes o después terminaremos poniéndonos al día.
Y conste que llegados a este punto del artículo, de este telegráfico repaso de algunos de los principales hitos del derecho humanitario y las leyes de la guerra – claramente preexistentes mucho antes de la guerra de agresión contra la población civil española, ni tan siquiera habríamos llegado a la gran Convención de la Haya de 1899,
– esto es, 37 años antes de asesinatos, crímenes y robos de Badajoz y tantos otros lugares y de tales estremecedoras declaraciones del Coronel Yagüe con las que abro este artículo –. Ni habríamos llegado por tanto a su famosa “Cláusula Martens” contenida en el Tercer Convenio de la Primera Conferencia de Paz de La Haya sobre Leyes y Costumbres de Guerra, donde la comunidad internacional volvería a reiterar todo ello, por enésima vez, como parte de los ya denominados “intereses de la humanidad” y las “siempre crecientes exigencias de la civilización”:
“(…)Esperando, pues, que un código más completo de las leyes de la guerra pueda ser proclamado, las Altas Partes Contratantes juzgan oportuno constatar que, en los casos no comprendidos en las disposiciones reglamentarias adoptadas por ellas, las poblaciones y los beligerantes quedan bajo la protección y bajo el imperio de los principios del derecho de gentes, tales como ellos resultan de las costumbres establecidas entre naciones civilizadas, así como de las leyes de la humanidad y de las exigencias de la conciencia pública” .
“Cláusula Martens”, que, no hay que olvidarlo tampoco, sería la base de los juicios de Leipzig y Estambul de 1919 junto a los tratados de Versalles y Sevrés.
Pero, ante todo, “Cláusula Martens” publicada en España en la Gaceta Oficial del Estado, de 22 de Noviembre de 1900, a rubrica de los enviados plenipotenciarios de la Reina Regente de España en representación del Rey: el Duque de Tetuán, ex Ministro de Estado, el Sr. D.W. Ramírez de Villaurrutia, su enviado extraordinario y Ministro Plenipotenciario en Bruselas y al Sr. D Arturo de Bagner, Su enviado Extraordinario y Ministro Plenipotenciario en el Haya (Gaceta de Madrid n. 326 de jueves 22/11/1900, pág. 645).
Porque para nuestro país, por si alguien no lo sabía, la clausula Martens tenía la fuerza de un tratado internacional ratificado y publicado en el Boletín Oficial desde el año 1900, de ley interna por tanto igualmente reconocida como tal en virtud del artículo 65 de la Constitución española de 1931, cómo según el artículo 96 de la actual. Aunque, a decir verdad, ni tan siquiera la existencia de dicha ratificación debería ser necesaria, ya que, como acaba de reiterar el Tribunal Europeo de Derechos Humanos hace tan sólo unas semanas (Caso Kononov contra Letonia), la Convención de la Haya – una de las piedras basilares del entramado jurídico humanitario internacional – era perfectamente conocida con el estallido de la Segunda Guerra Mundial y por tanto completamente vinculante para las fuerzas armadas rusas… incluso aunque Rusia jamás la firmó: Dice el Tribunal Europeo de Derechos Humanos que hay exigencias tan básicas de humanidad aún en caso de conflicto bélico, tan reconocidas una y otra vez por el conjunto de la comunidad internacional, que firmado o no firmado un determinado tratado concreto como la Convención de la Haya resultan igualmente exigibles. Y dice bien. Dónde al parecer no se dice eso es en este régimen que tenemos en España, en Camboya y vaya usted a saber donde más.
Y lo más paradójico es que a algunos de los que les ha parecido tan bien que se le aplicase la Convención de la Haya, jamás firmada por Rusia, a los soldados y resistentes de la antigua URSS, no les parecería tan positivo que se aplicase lo mismo al fascismo casposo del genocida Franco en España, país que paradojas del destino sí que la había ratificado y publicado perfectamente, como cualquiera puede descargarse en el histórico del BOE.es…No, en este país nuestro la ley y la aplicación de la justicia, el valor de los tratados internacionales más solemnes ratificados por nuestras instituciones, no es exactamente igual para todos.
Pero es que después vendría el posterior Reglamento del Convenio de la Haya de 1907, según el cual “Las leyes, los derechos y los deberes de la guerra no se refieren solamente al ejército sino también a las milicias y a los Cuerpos de voluntarios (…)” (artículo 1); los prisioneros “deben ser tratados con humanidad. Todo lo que les pertenezca personalmente, exceptuando armas, caballos y papeles militares es de su propiedad” (artículo 4), se establecía que “los prisioneros de guerra serán tratados en cuanto a alimentación, alojamiento y vestuario, en el mismo pie que las tropas del Gobierno que los haya capturado” (artículo 7) o que “El honor y los derechos de la familia, la vida de los individuos y la propiedad privada (…) deben ser respetados”(artículo 46) que “la propiedad privada no puede ser confiscada” (idem). Declarándose ya, en todo caso, tajantemente prohibido “Dar muerte o herir a un enemigo que habiendo depuesto las armas o no teniendo medios para defenderse se haya rendido a discreción” (artículo 23 c), “declarar que no se dará cuartel” (artículo 23 d), “Declarar extinguidos, suspendidos o inadmisibles ante los Tribunales los derechos y acciones de los nacionales del adversario” (artículo 23 h).
Del mismo modo que se declaraba “formalmente prohibido” el pillaje según el artículo 47, o que se declaraba igualmente que “está prohibido entregar al saqueo una ciudad o localidad, aun en el caso de que haya sido tomada por asalto”, según el artículo 28. Las terrible consecuencias del incumplimiento de todos estos incumplimiento de las leyes de la guerra respecto los defensores de la República hechos prisioneros quedan a la vista por si mismas.
Y después vendría la Convención de Ginebra de 1929 sobre trato de prisioneros con su paralela Convención, del mismo año, sobre el trato humanitario debido a heridos y enfermos. Sí, me refiero aquí a esa tan traída y llevada “Convención de Ginebra” de las películas americanas sobre la Segunda Guerra Mundial, que el valiente protagonista aliado de turno siempre invocaba en vano ante el malvado oficial de las SS. Todo ello también estaba perfectamente vigente en España en 1936, o en 1934, aunque eso, todavía, no sale en ningún “film”. En resumen para no aburrir (más) al lector con tanta norma internacional: el compendio de normas y costumbres de la guerra claramente reconocibles como de obligado cumplimiento en el 36 y en el 53 resultaban incontestables. Mucho más en el 75.
Todas estas normas perfectamente conocidas y preexistentes entre la oficialidad de cualquier país europeo. Nada de aplicación retroactiva de tratados o conceptos actuales, como se trata de descalificar a los esfuerzos contra la impunidad, con los existentes por aquel entonces ya habría base suficiente. Nada de desconocimiento o lejanía de oscuros preceptos leguleyos.
Si es que Franco en persona debía ser el primero en conocer bien todo ello, como Director de la Academia Militar de Zaragoza, ya que todas estas leyes de la guerra se enseñaban a los jóvenes cadetes de toda Europa.
Y lo mismo para otros altos oficiales como Yagüe al mando de esa “Columna de la muerte” que asaltó Badajoz y tantos otros lugares. Porque al inexcusable deber de conocer y cumplir todo eso lo llamamos “lex artis” los del derecho, el deber del profesional de actuar conforme a las normas básicas reconocidas en su sector. Y se complementa con eso otro del “principio de responsabilidad por el mando”, que abarca con su responsabilidad criminal tanto lo expresamente ordenado como lo no impedido de las tropas bajo el propio mando, las cosas quedan perfectamente claras. Y por si cabía alguna duda acerca de la perfecta conciencia previa que ellos mismos tenían acerca de la abrumadora antijuridicidad de todo esto basta con dar un vistazo a alguno de los testimonios documentales rescatados por Francisco Espinosa y otros historiadores, como el informe de 28 de mayo de 1937 de Felipe Rodríguez Franco, fiscal de la Audiencia Provincial de Cádiz, en el que denunciaría ante el general Varela las instrucciones ilegales dadas por el auditor militar Francisco Bohórquez Vecina – hombre que dirigía el aparato jurídico del general Queipo de Llano – y conforme las cuales: “…todos los Milicianos rojos también, como regla general, debían ser procesados y fusilados, lo cual supone a nuestro juicio un evidente desconocimiento de la realidad del problema, ya que estos Milicianos aprehendidos por nuestras fuerzas deben ser hechos prisioneros y tratados como tales según las leyes de la Guerra …” (Francisco Espinosa, La Justicia de Queipo. Violencia selectiva y terror fascista en la II División en 1936: Sevilla, Huelva, Cádiz, Córdoba, Málaga y Badajoz, Crítica, Barcelona. Pág. 50, 2006).
De modo que no. Aquello no “fue una guerra”. Aquello fue un crimen. Imprescriptible, inamnistiable. Un crimen tras otro, quiero decir. Y en su conjunto, crimen a crimen, un inmenso genocidio de todo un pueblo que todavía hoy sigue siendo negado.
Aquello no fue una guerra. Porque para regular las guerras y lo que ya no eran guerras, sino crímenes de guerra y de otros tipos, estaban todas esas leyes desarrolladas a lo largo de cientos de años como acabo de apuntar, esas que eran perfectamente reconocibles entre los militares de toda Europa y que los golpistas sabían perfectamente que estaban incumpliendo en su totalidad. En su mayor parte como se sigue haciendo hoy. Que le pregunten a las familias de los cientos de soldados republicanos completamente insepultos y tirados como perros detrás de unos matorrales en las tierras altas del Ebro, dónde está la Convención de Ginebra y el deber de darles digna sepultura para todos ellos. O que le pregunten a los que sufrieron confiscaciones criminales que nuestro Estado actual continúa reconociendo como títulos jurídicos válidos y no como crímenes de guerra.
Y por ello mismo la estremecedora banalidad encubridora detrás de esas cuatro palabras, “aquello fue una guerra” – cada vez que en algún chat o foro de internet algún demócrata de toda la vida, “moderno” y “sin complejos” – verdaderamente avergüenza a las piedras. Y en un día como hoy que se cumplen los dos años de los autos de Baltasar Garzón, mucho más aún…seguimos con las mismas mentiras y la misma impunidad, galopantes, en el mismo país neo franquista, con los mismos jueces sin “neo” que valga, y buena parte de las mismas élites políticas meramente cambiadas de barniz, mientras nuestros defensores de la República y sus principios de solidaridad, libertad y progreso social, continúan esperándonos en miles de fosas. Pero antes o después, algún día, todo esto cambiará. Y ya no se hablará más en nuestro país, o por lo menos no desde nuestras instituciones, de los males y los “excesos”, “en caliente” de una guerra: se hablará del mayor genocidio premeditado de nuestra historia, que se quiso encubrir con una guerra, como en el caso armenio. Se hablará del último genocidio negado de la Europa contemporánea, el genocidio franquista.
Y cuando se tome verdadera conciencia humana, social, económica, política y cultural de la inmensidad de todo ello, se podrán abordar, al fin, las poliédricas e inacabables aristas de la impunidad en una sociedad, la nuestra, post genocidio, aún lo suficientemente enferma y silenciada como para no ser capaz siquiera de llamar el genocidio de Franco por su nombre.
Claro que los fusilamos. ¿Qué esperaba? ¿Suponía que iba a llevar 4000 rojos conmigo mientras mi columna avanzaba contrarreloj? ¿Suponía que iba a dejarles sueltos a mi espalda y dejar que volvieran a edificar una Badajoz roja?”.
Declaraciones al corresponsal de guerra americano John T. Whitaker del Teniente Coronel Juan Yagüe, “Carnicero de Badajoz”, todavía hoy “Marqués de San Leonardo de Yagüe”.
Nos cuenta Jean Pictet que ya desde las «siete Obras de la verdadera Misericordia» en Egipto, se prescribía como quinta, sexta y séptima: «(…)liberar a los prisioneros, asistir a los enfermos, enterrar a los muertos». Que ya en Persia, el emperador Ciro ordenó prestar a los caldeos heridos la misma asistencia que a sus soldados.
Y que ya en la antigua India, tanto en la “Mahabharata” como en la “ley de Manú”, estaba prohibido matar al enemigo desarmado o que se rindiera, que había que enviar los heridos a sus hogares, después de haberlos curado, y que estaban prohibidas las armas arpadas o envenenadas así como las flechas incendiarias, reglamentándose la requisa de la propiedad enemiga y la cautividad, y que estaba prohibido declarar que se haría guerra sin cuartel y otros, con un paralelismo asombroso al Reglamento de La Haya de 1907 sobre las leyes y costumbres de la guerra. De modo que, contrariamente a lo que tantas veces se afirma, con demasiada ligereza, el Derecho humanitario, las leyes de la guerra, no nacieron en modo alguno con las Naciones Unidas en 1945… demasiado tarde para la “guerra civil” española se suele apostillar además – y así se supone que cuando los golpistas emprendieron su guerra de agresión no habría habido normas de referencia y claro… –. Es que ni siquiera se puede decir que naciera propiamente en 1919 cuando tras la Primera Guerra Mundial y la creación de la Sociedad de Naciones el tratado de Versalles operaba ya el primer reconocimiento expreso internacional del deber internacional de enjuiciar criminalmente a los responsables de crímenes de guerra (artículos 227 a 230).
De hecho se estima que el deber de respetar la vida de los prisioneros y otras normas básicas de humanidad hacia la población civil vendría a quedar definitivamente consagrado al menos desde 1785, con el que fuera el famoso tratado de paz y amistad firmado por Federico el Grande y Benjamín Franklin y que daría lugar a la consagración de distintos principios de derecho consuetudinario. Ello mientras en otros instrumentos inmediatamente posteriores, como el Decreto de 2 de Agosto de 1793, durante la Revolución francesa, se formularían ya especificas obligaciones básicas de protección hacia población civil especialmente vulnerable a las hostilidades como “deber de humanidad”:
“Les femmes, les enfants et les vieillards seront conduits dans l’intérieur, il sera pourvu à leer subsistance, à leur sureté, avec tous les égards dus à l’ humanité” (artículo 8);
Como se puede ver, nada de dejar morir a los niños de hambre y enfermedad hacinados en los conventos-prisión, nada de robarles a los bebes y tenerles todavía buscándolos 70 años después… Y acontecimientos posteriores como la batalla de Solferino y el surgimiento del movimiento internacional de la Cruz Roja, el Código Lieber de 1863 – surgido durante la guerra civil de los Estados Unidos y posteriormente adoptadas por otros Estados europeos como Alemania en 1870 – , o la Declaración de Bruselas de 1874 no hicieron sino abundar y reforzar todo ello…reiterando y reconocido una y otra vez en tales leyes y obligaciones en caso de conflicto bélico.
De hecho – en lo que representa uno de los episodios más tempranos, y menos citado de justicia post-conflicto –, el Código Lieber daría lugar en Estados Unidos al enjuiciamiento y condena ya en 1865 de Heinrich Hartmann Wirz, responsable confederado del campo Sumter de prisioneros, en Andersonville, por los abusos criminales y trato inhumano dado a los mismos.
Sí, el lector ha leido bien un antecedente jurisprudencial de condena penal de un responsable de un campo de prisioneros ya desde 1865. En España, en cambio, todavía hay quien se atreve a bromear en las conferencias sobre las condiciones “recreativas” y de esparcimiento de los prisioneros de guerra llevados al Valle de los Caidos víctimas de trabajos forzados que el régimen trató de encubrir al menos hasta 1958. Casi 100 años después. Según parece vamos con un siglo de retraso en justicia de criminales de guerra y de lesa humanidad, pero antes o después terminaremos poniéndonos al día.
Y conste que llegados a este punto del artículo, de este telegráfico repaso de algunos de los principales hitos del derecho humanitario y las leyes de la guerra – claramente preexistentes mucho antes de la guerra de agresión contra la población civil española, ni tan siquiera habríamos llegado a la gran Convención de la Haya de 1899,
– esto es, 37 años antes de asesinatos, crímenes y robos de Badajoz y tantos otros lugares y de tales estremecedoras declaraciones del Coronel Yagüe con las que abro este artículo –. Ni habríamos llegado por tanto a su famosa “Cláusula Martens” contenida en el Tercer Convenio de la Primera Conferencia de Paz de La Haya sobre Leyes y Costumbres de Guerra, donde la comunidad internacional volvería a reiterar todo ello, por enésima vez, como parte de los ya denominados “intereses de la humanidad” y las “siempre crecientes exigencias de la civilización”:
“(…)Esperando, pues, que un código más completo de las leyes de la guerra pueda ser proclamado, las Altas Partes Contratantes juzgan oportuno constatar que, en los casos no comprendidos en las disposiciones reglamentarias adoptadas por ellas, las poblaciones y los beligerantes quedan bajo la protección y bajo el imperio de los principios del derecho de gentes, tales como ellos resultan de las costumbres establecidas entre naciones civilizadas, así como de las leyes de la humanidad y de las exigencias de la conciencia pública” .
“Cláusula Martens”, que, no hay que olvidarlo tampoco, sería la base de los juicios de Leipzig y Estambul de 1919 junto a los tratados de Versalles y Sevrés.
Pero, ante todo, “Cláusula Martens” publicada en España en la Gaceta Oficial del Estado, de 22 de Noviembre de 1900, a rubrica de los enviados plenipotenciarios de la Reina Regente de España en representación del Rey: el Duque de Tetuán, ex Ministro de Estado, el Sr. D.W. Ramírez de Villaurrutia, su enviado extraordinario y Ministro Plenipotenciario en Bruselas y al Sr. D Arturo de Bagner, Su enviado Extraordinario y Ministro Plenipotenciario en el Haya (Gaceta de Madrid n. 326 de jueves 22/11/1900, pág. 645).
Porque para nuestro país, por si alguien no lo sabía, la clausula Martens tenía la fuerza de un tratado internacional ratificado y publicado en el Boletín Oficial desde el año 1900, de ley interna por tanto igualmente reconocida como tal en virtud del artículo 65 de la Constitución española de 1931, cómo según el artículo 96 de la actual. Aunque, a decir verdad, ni tan siquiera la existencia de dicha ratificación debería ser necesaria, ya que, como acaba de reiterar el Tribunal Europeo de Derechos Humanos hace tan sólo unas semanas (Caso Kononov contra Letonia), la Convención de la Haya – una de las piedras basilares del entramado jurídico humanitario internacional – era perfectamente conocida con el estallido de la Segunda Guerra Mundial y por tanto completamente vinculante para las fuerzas armadas rusas… incluso aunque Rusia jamás la firmó: Dice el Tribunal Europeo de Derechos Humanos que hay exigencias tan básicas de humanidad aún en caso de conflicto bélico, tan reconocidas una y otra vez por el conjunto de la comunidad internacional, que firmado o no firmado un determinado tratado concreto como la Convención de la Haya resultan igualmente exigibles. Y dice bien. Dónde al parecer no se dice eso es en este régimen que tenemos en España, en Camboya y vaya usted a saber donde más.
Y lo más paradójico es que a algunos de los que les ha parecido tan bien que se le aplicase la Convención de la Haya, jamás firmada por Rusia, a los soldados y resistentes de la antigua URSS, no les parecería tan positivo que se aplicase lo mismo al fascismo casposo del genocida Franco en España, país que paradojas del destino sí que la había ratificado y publicado perfectamente, como cualquiera puede descargarse en el histórico del BOE.es…No, en este país nuestro la ley y la aplicación de la justicia, el valor de los tratados internacionales más solemnes ratificados por nuestras instituciones, no es exactamente igual para todos.
Pero es que después vendría el posterior Reglamento del Convenio de la Haya de 1907, según el cual “Las leyes, los derechos y los deberes de la guerra no se refieren solamente al ejército sino también a las milicias y a los Cuerpos de voluntarios (…)” (artículo 1); los prisioneros “deben ser tratados con humanidad. Todo lo que les pertenezca personalmente, exceptuando armas, caballos y papeles militares es de su propiedad” (artículo 4), se establecía que “los prisioneros de guerra serán tratados en cuanto a alimentación, alojamiento y vestuario, en el mismo pie que las tropas del Gobierno que los haya capturado” (artículo 7) o que “El honor y los derechos de la familia, la vida de los individuos y la propiedad privada (…) deben ser respetados”(artículo 46) que “la propiedad privada no puede ser confiscada” (idem). Declarándose ya, en todo caso, tajantemente prohibido “Dar muerte o herir a un enemigo que habiendo depuesto las armas o no teniendo medios para defenderse se haya rendido a discreción” (artículo 23 c), “declarar que no se dará cuartel” (artículo 23 d), “Declarar extinguidos, suspendidos o inadmisibles ante los Tribunales los derechos y acciones de los nacionales del adversario” (artículo 23 h).
Del mismo modo que se declaraba “formalmente prohibido” el pillaje según el artículo 47, o que se declaraba igualmente que “está prohibido entregar al saqueo una ciudad o localidad, aun en el caso de que haya sido tomada por asalto”, según el artículo 28. Las terrible consecuencias del incumplimiento de todos estos incumplimiento de las leyes de la guerra respecto los defensores de la República hechos prisioneros quedan a la vista por si mismas.
Y después vendría la Convención de Ginebra de 1929 sobre trato de prisioneros con su paralela Convención, del mismo año, sobre el trato humanitario debido a heridos y enfermos. Sí, me refiero aquí a esa tan traída y llevada “Convención de Ginebra” de las películas americanas sobre la Segunda Guerra Mundial, que el valiente protagonista aliado de turno siempre invocaba en vano ante el malvado oficial de las SS. Todo ello también estaba perfectamente vigente en España en 1936, o en 1934, aunque eso, todavía, no sale en ningún “film”. En resumen para no aburrir (más) al lector con tanta norma internacional: el compendio de normas y costumbres de la guerra claramente reconocibles como de obligado cumplimiento en el 36 y en el 53 resultaban incontestables. Mucho más en el 75.
Todas estas normas perfectamente conocidas y preexistentes entre la oficialidad de cualquier país europeo. Nada de aplicación retroactiva de tratados o conceptos actuales, como se trata de descalificar a los esfuerzos contra la impunidad, con los existentes por aquel entonces ya habría base suficiente. Nada de desconocimiento o lejanía de oscuros preceptos leguleyos.
Si es que Franco en persona debía ser el primero en conocer bien todo ello, como Director de la Academia Militar de Zaragoza, ya que todas estas leyes de la guerra se enseñaban a los jóvenes cadetes de toda Europa.
Y lo mismo para otros altos oficiales como Yagüe al mando de esa “Columna de la muerte” que asaltó Badajoz y tantos otros lugares. Porque al inexcusable deber de conocer y cumplir todo eso lo llamamos “lex artis” los del derecho, el deber del profesional de actuar conforme a las normas básicas reconocidas en su sector. Y se complementa con eso otro del “principio de responsabilidad por el mando”, que abarca con su responsabilidad criminal tanto lo expresamente ordenado como lo no impedido de las tropas bajo el propio mando, las cosas quedan perfectamente claras. Y por si cabía alguna duda acerca de la perfecta conciencia previa que ellos mismos tenían acerca de la abrumadora antijuridicidad de todo esto basta con dar un vistazo a alguno de los testimonios documentales rescatados por Francisco Espinosa y otros historiadores, como el informe de 28 de mayo de 1937 de Felipe Rodríguez Franco, fiscal de la Audiencia Provincial de Cádiz, en el que denunciaría ante el general Varela las instrucciones ilegales dadas por el auditor militar Francisco Bohórquez Vecina – hombre que dirigía el aparato jurídico del general Queipo de Llano – y conforme las cuales: “…todos los Milicianos rojos también, como regla general, debían ser procesados y fusilados, lo cual supone a nuestro juicio un evidente desconocimiento de la realidad del problema, ya que estos Milicianos aprehendidos por nuestras fuerzas deben ser hechos prisioneros y tratados como tales según las leyes de la Guerra …” (Francisco Espinosa, La Justicia de Queipo. Violencia selectiva y terror fascista en la II División en 1936: Sevilla, Huelva, Cádiz, Córdoba, Málaga y Badajoz, Crítica, Barcelona. Pág. 50, 2006).
De modo que no. Aquello no “fue una guerra”. Aquello fue un crimen. Imprescriptible, inamnistiable. Un crimen tras otro, quiero decir. Y en su conjunto, crimen a crimen, un inmenso genocidio de todo un pueblo que todavía hoy sigue siendo negado.
Aquello no fue una guerra. Porque para regular las guerras y lo que ya no eran guerras, sino crímenes de guerra y de otros tipos, estaban todas esas leyes desarrolladas a lo largo de cientos de años como acabo de apuntar, esas que eran perfectamente reconocibles entre los militares de toda Europa y que los golpistas sabían perfectamente que estaban incumpliendo en su totalidad. En su mayor parte como se sigue haciendo hoy. Que le pregunten a las familias de los cientos de soldados republicanos completamente insepultos y tirados como perros detrás de unos matorrales en las tierras altas del Ebro, dónde está la Convención de Ginebra y el deber de darles digna sepultura para todos ellos. O que le pregunten a los que sufrieron confiscaciones criminales que nuestro Estado actual continúa reconociendo como títulos jurídicos válidos y no como crímenes de guerra.
Y por ello mismo la estremecedora banalidad encubridora detrás de esas cuatro palabras, “aquello fue una guerra” – cada vez que en algún chat o foro de internet algún demócrata de toda la vida, “moderno” y “sin complejos” – verdaderamente avergüenza a las piedras. Y en un día como hoy que se cumplen los dos años de los autos de Baltasar Garzón, mucho más aún…seguimos con las mismas mentiras y la misma impunidad, galopantes, en el mismo país neo franquista, con los mismos jueces sin “neo” que valga, y buena parte de las mismas élites políticas meramente cambiadas de barniz, mientras nuestros defensores de la República y sus principios de solidaridad, libertad y progreso social, continúan esperándonos en miles de fosas. Pero antes o después, algún día, todo esto cambiará. Y ya no se hablará más en nuestro país, o por lo menos no desde nuestras instituciones, de los males y los “excesos”, “en caliente” de una guerra: se hablará del mayor genocidio premeditado de nuestra historia, que se quiso encubrir con una guerra, como en el caso armenio. Se hablará del último genocidio negado de la Europa contemporánea, el genocidio franquista.
Y cuando se tome verdadera conciencia humana, social, económica, política y cultural de la inmensidad de todo ello, se podrán abordar, al fin, las poliédricas e inacabables aristas de la impunidad en una sociedad, la nuestra, post genocidio, aún lo suficientemente enferma y silenciada como para no ser capaz siquiera de llamar el genocidio de Franco por su nombre.
Sunday, October 17, 2010
LA GRAN FOSA
La fosa de las fosas
Memoria histórica. Décimo aniversario de la primera exhumación de un grupo de republicanos fusilados en la Guerra Civil efectuada con métodos forenses
Los familiares de Emilio Silva Faba colocan su foto en el nicho del cementerio en 2000.
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"Exhumando fosas hemos encontrado dignidades"
Octubre de 2000. España cumplía 25 años sin Franco o "de paz", como algunos prefirieron decir para citar la efeméride. En las televisiones, los documentales y reportajes ensalzaban por enésima vez el papel del rey en la recuperación de la democracia, el 23-F y demás acontecimientos de la memoria reciente. Ni una mención a que esa elogiada Transición había dejado a miles de demócratas humillados en cunetas, pozos y tapias de cementerio. Quedaron enterrados. Ni siquiera a la espera de un tiempo propicio para su recuerdo. Olvidados para siempre. Eran "los desaparecidos", como escribió el 8 de octubre de 2000 el nieto del primer republicano fusilado cuyo cuerpo fue identificado de una fosa con métodos genéticos, Emilio Silva, en La Crónica de León.
Ese calificativo utilizado para hablar de las víctimas del franquismo "desaparecidos", tan repetido en los últimos diez años, era inédito. "Pensé que me podría servir para contactar con los familiares de los enterrados junto a mi abuelo. Conscientemente utilicé el referente de los desaparecidos argentinos o chilenos", reconoce el nieto del comerciante Emilio Silva Faba, víctima de un asesinato político el 16 de octubre de 1936. La conexión mediática fue total, pero se notaría años después al hilo del debate parlamentario. Las primeras crónicas sobre las exhumaciones en los diarios estatales no aparecieron hasta 2002.
"Quedan por detectar cientos de tumbas similares", advirtió Vázquez Montalbán
Respecto al paso histórico que estaba dando Emilio Silva, tan sólo aparecieron artículos sueltos como el del escritor Manuel Vázquez Montalbán en Interviú el 11 de diciembre de 2000. "Quedan por detectar cientos de fosas similares [como la de Emilio Silva] donde están los restos de los desaparecidos acusados por el franquismo, desaparecidos para siempre de prosperar el pacto tácito establecido durante la Transición de que demócratas y franquistas no se tiraran la memoria histórica a la cabeza. Tal vez el censo de desaparecidos y el descubrimiento de estas fosas comunes convenza a los jóvenes militantes en su ignorancia histórica, cada vez que hablan del franquismo y de la Guerra Civil como si no fuera con ellos (...). Y es que Franco, mis querido cachorros, fue el padre espiritual de Pinochet, por si este dato os ayuda a situarlo éticamente".
Referencia de Chile
La referencia a Chile de Montalbán, militante antifranquista, guardaba toda la intención en ese momento. Dos años antes, también un 16 de octubre, España saltaba a la escena internacional como ejemplo de funcionamiento del Estado de derecho después de que Baltasar Garzón dictara una orden de detención contra Augusto Pinochet. "En este país no se hablaba de fosas. No existían. Ni siquiera se debatía sobre la búsqueda de Lorca. Era un asunto que no estaba en la calle", recuerda Emilio Silva. Otro 16 de octubre, esta vez en 2008, el proceso abierto por la exhumación del abuelo de Silva junto a otros 12 fusilados en Priaranza del Bierzo (León) ocho años antes desembocó en otra orden del mismo juez. El magistrado se declaró competente por primera vez en España para investigar los crímenes del franquismo.
"En 2000 recibimos muchas cartas. España era una gran fosa común", apunta Silva
"En los últimos meses de 2000 recibimos muchas cartas y llamadas de teléfono. Cientos de personas esperaban la oportunidad de poder recuperar los restos de sus familiares. En ese momento, no nos quedó la más mínima duda: España era una gran fosa común", relata Silva. Esas cartas y llamadas hablaban de crímenes similares al que llevó al abuelo de Emilio a un agujero junto a un nogal a 30 kilómetros de su pueblo.
Emilio Silva Faba nació en 1894 en Pereje (León). Con 21 años emigró a Argentina y después a Nueva York hasta que, en 1925, decidió volver a su pueblo natal para montar un negocio de ultramarinos que instaló en Villafranca del Bierzo (León). "Era un hombre autodidacta, pero ciertamente ilustrado. Había viajado y eso le suscitaría ciertas inquietudes que le llevaron a afiliarse a Izquierda Republicana en 1932, el partido de Manuel Azaña", explica su nieto.
Silva Faba, como tantos otros republicanos, creía que la educación era la asignatura pendiente en España hacia el progreso. Prueba de ello es una foto familiar de una gran manifestación en Villafranca en la que aparece uno de sus hijos, de "8 o 9 años", con una pancarta que reclama: "Queremos un grupo escolar. ¡Viva Azaña!"
"No se hablaba del tema. No existía ni siquiera la de Lorca", señala el nieto del fusilado
El compromiso de Silva Faba le llevó a tener un debate mediático en la prensa local con Antonio Carvajal y Álvarez de Toledo, uno de lo hombres más ricos y poderosos de la zona. El intercambio de artículos sobre la igualdad social en la Parroquial Berciana, en 1932, fue determinante para que, pocos meses después del 18 de julio de 1936, Emilio Silva Faba acabase en la lista falangista de personas a eliminar. "El descubrimiento de la carta se convirtió en la experiencia que más cerca me ha permitido estar de mi abuelo republicano. Dicen que ese enfrentamiento fue determinante, pero su muerte era inevitable por la dinámica represiva de los sublevados", reflexiona Silva.
Los asesinos dejaron una viuda y seis huérfanos. Tres de ellos pudieron recuperar, 60 años después, los restos de su padre y enterrarlo en el cementerio. En el lugar que para él había reservado su viuda, Modesta Santín. Los tres hermanos observaban incrédulos los restos de los 13 de Priaranza. Ajenos al hecho histórico que acababan de protagonizar. Pese a que a finales de la década de 1970 e incluso en los ochenta se habían organizado exhumaciones casi clandestinas en pueblos de Navarra o La Rioja, la exhumación de su padre había puesto en la agenda social algo imparable.
40 años de silencio
Emilio Silva Faba se afilió en 1932 a Izquierda Republicana, el partido de Azaña
Entre las decenas de espectadores que acudieron a la excavación estaba el periodista Carlos Elordi, que acudió al Bierzo por "inquietud personal y profesional". "Apenas sabía a qué iba, pero me encontré allí con un espectáculo extraordinario. Estábamos cerca de 15 o 20 personas buscando el lugar exacto de la excavación. Hacía mucho frío y en realidad el asunto resultaba aburrido, pero me fijé en dos personas mayores que discutían sobre el lugar exacto donde fueron enterrados los restos. Recuerdo que uno de ellos decía: Tú los viste aquí cuando pasaste con la bicicleta. Me acuerdo que yo iba a por leche...'. Detallaban cada recuerdo del suceso y les pregunté cuántas veces habían hablado de ello. Me dijeron que llevaban 40 años sin comentar nada", recuerda el periodista.
El silencio impactante guardado durante cuatro décadas por los vecinos de Priaranza se rompió al remover la tierra. "Cuando hicimos aquella exhumación pensamos que podría haber una, dos o tres fosas más como mucho y que el asunto se acabaría. En ningún momento pensamos que se acabaría hablando de ello en la ONU, en el Parlamento y todo lo que ha sucedido", recuerda el médico forense de la Universidad del País Vasco Francisco Etxeberria. "La explicación pasa por la intimidad con la que las familias han vivido el dolor. Igual que esos dos vecinos llevaban décadas sin hablarlo, las familias de los fusilados tampoco lo hablaban entre ellas. Por eso no había en 2000 una conciencia de los cientos de fosas comunes que estaban todavía intactas. Los historiadores dicen que ya habían escrito de ello, pero era para su consumo interno. Vivíamos en la ignorancia", analiza este experto que en la última década ha colaborado en la recuperación de la identidad de cientos de fusilados.
La identificación de los 13 de Priaranza no saltó enseguida al debate parlamentario. "El debate empezó cuando el PP, que estaba en el poder, tomó posición y el PSOE se vio obligado a dar una respuesta. Nadie esperaba la posición en contra de las exhumaciones que tomó el PP y los socialistas tuvieron miedo", analiza Elordi. "Después, [José Luis Rodríguez] Zapatero lo incluyó en su programa electoral en un momento en el que la derecha estaba muy movilizada y el debate desembocó en una ley que al final no ha servido para nada. El PSOE no se preocupó durante 14 años en el poder de este asunto y cuando lo descubrió no supo qué hacer con él", concluye el periodista.
"Creíamos que habría una, dos o tres fosas más", señala el forense Francisco Etxeberria
Más de 1.500 cuerpos
La primera exhumación con métodos forenses dio lugar a la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH), que fundó el propio Emilio Silva junto con un joven investigador de León que llevaba años detrás del asunto, Santiago Macías. Desde entonces han recuperado más de 1.500 cuerpos de cerca de 150 fosas comunes viviendo situaciones tensas "que cada vez son más infrecuentes", según Macías. "El último suceso desagradable lo tuvimos el pasado verano cuando el párroco de San Mamede do Río, en Portomarín (Lugo), se negó a dar los permisos para entrar en el cementerio. Parece que la Iglesia no evoluciona", ejemplifica.
El reconocimiento a la labor de esta asociación que ha contribuido a cerrar las heridas de cientos de familias no ha llegado en España. Desde un punto de vista internacional, la percepción ha sido otra. "Es el proceso más fascinante que vive actualmente la democracia en España", señala el corresponsal del Berliner Zeitung, Martin Dams, que también acudió a la fosa de Priaranza en octubre de 2000. "Recuerdo que me sorprendió mucho el asunto porque cinco años antes había entrevistado al historiador Santos Juliá, que me negó el pacto del olvido de la Transición y me aseguró que la culpa de que no se hablara de las fosas en España era de la izquierda, que no quería recordar sus crímenes, como el del trotskista Andreu Nin".
"Como alemán, percibo que España es vista ahora como un país que tiene dificultades para mirar a su pasado y ha sido la ARMH la que más ha contribuido a acabar con ese defecto. De hecho, el día que el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia sea recibido por Emilio Silva será cuando España haya cerrado sus heridas", concluye.
La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica
La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Aguilar de la Frontera (Arehemisa) ha presentado los resultados de la primera fase de las exhumaciones que ha desarrollado entre mayo y septiembre.
Su presidente, Rafael Espino, explicó las diferentes fases de los trabajos en las que han sido fundamentales el libro de registro del cementerio, los minuciosos estudios de planimetría que se han realizado para tratar de reconstruir la distribución que este lugar tenía en 1936 y los testimonios orales aportados por algunas personas, especialmente por Manuela Molina que, desde una casa ubicada en un cerro cercano, presenció la ejecución y enterramiento de numerosos represaliados. Según dijo "durante esta primera fase han sido extraídos 55 cuerpos, de los que cinco ya han sido identificados con las pruebas de ADN".
Los 51 cuerpos restantes y 84 familias están a la espera de los resultados de las pruebas realizadas. De los cuerpos extraídos, 47 pertenecen a varones adultos, 7 a mujeres y 1 a un niño. La recuperación de cada cuerpo ha supuesto un coste de 890 euros y la identificación con ADN unos 240 euros, gastos que se están asumiendo con la subvención de 49.000 euros concedida por el Ministerio de la Presidencia.
En la primavera del 2011 empezará la segunda fase, abriendo las dos grandes fosas de la explanada del fondo del cementerio, donde se esperan encontrar entre 80 y 100 cuerpos, posiblemente mezclados con los enterramientos de caridad o beneficencia. Esta fase concluirá con la creación en este lugar de un parque y una sala permanente dedicados a la memoria histórica.
La arqueóloga Virginia Barea explicó el complicado proceso de excavación y sus dificultades técnicas. Por su parte, Jorge Cepillo explicó la labor del antropólogo forense, cuyo principal objetivo ha sido determinar la causa de las muertes, recabando todos los datos posibles para su posterior identificación. En este sentido han sido muy importantes todos los objetos, personales o no, encontrados junto a los cuerpos como balas, peines, relojes, mecheros, carteras, etcétera. La mayoría de los cuerpos presentaban síntomas evidentes de violencia, encontrándose maniatados, agujeros de bala en el cráneo o en el pecho o con síntomas de haber sido asesinados, quemados y, después, trasladados en sacos hasta la fosa. Según dijo "las pruebas balísticas encontradas ponen de relieve que en los asesinatos no sólo intervinieron la Guardia Civil, militares y Falangistas, sino particulares que tenían armas sofisticadas como fusiles Winchester o pistolas Laucher".
Según Rafael Espino "el objetivo final que se persigue es aportar todas estas pruebas y las más de 10.000 fotografías realizadas para que algún tribunal nacional o internacional reconozca estos crímenes de lesa humanidad y pueda hacerse justicia".
Friday, October 15, 2010
Miguel Hernández, el poeta del pueblo
REPORTAJE: Exposición en torno a un mito literario
Últimos escritos del poeta incesante
La Biblioteca Nacional rinde tributo a Miguel Hernández a los 100 años de su nacimiento
JUAN CRUZ - Madrid - 05/10/2010
Miguel Hernández, el poeta del pueblo. El poeta necesario, que decía su compañero de cárcel, Buero Vallejo. El poeta pastor.
En Madrid no faltó quien acogió al poeta con desdén: como García Lorca Por el contrario, fue amigo de Neruda, Aleixandre, Cossío y Bergamín
Salen a la luz sus cuentos inéditos, escritos en prisión en papel higiénico Las 200 piezas de la muestra incluyen manuscritos, dibujos, cartas y fotografías
Hasta principios de los años 60 no se podía publicar sus obras ni hablar de él La familia ha pedido la revisión del proceso sumarísimo que le infligió Franco
Era todo eso. Pero era, sobre todo, el poeta incesante; su vida, que la guerra truncó dramáticamente, estuvo signada por el amor, la amistad y los papeles. Ni un día sin línea.
Quienes vean ahora en la Biblioteca Nacional la exposición que marca su centenario, y que se abrió ayer, entenderán que Miguel Hernández no era solo un poeta intuitivo, un ser humano pendiente de la inspiración: estudiaba, leía. Era como una esponja. José Carlos Rovira, catedrático de Literatura Hispanoamericana en la Universidad de Alicante, ha preparado esta exposición, que organiza la Secretaría de Estado de Conmemoraciones Culturales (SECC) con la Biblioteca Nacional, como un homenaje y como una reivindicación.
Hernández no era el pastor menesteroso, el poeta que venía a Madrid a buscar auxilio para sus versos. Estudió a Góngora, estuvo atento a la pintura de su tiempo; frecuentó a Benjamín Palencia, aprendió de Maruja Mallo. En 1934, cuando tenía 24 años y estaba en Madrid, llevaba en su carpeta, copiados, 60 poemas de Cántico, el libro que puso a Jorge Guillén en la vanguardia. Ahí subraya Hernández "motivos de su propio mundo pastoril". Hacía mímesis, dice Rovira, pero no copiaba, recreaba a partir de esas influencias. Era, por decirlo así, "una mímesis transformadora", capaz de leer a Neruda y a Aleixandre, sus amigos, "y escribir luego sin que transpiren en esos versos los recuerdos de sus modelos".
Rovira ha preparado esta exposición con tal entusiasmo que ayer, antes de que las autoridades (la vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega; la ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde) hicieran de la ocasión una solemnidad que tenía más fotógrafos que la muestra misma, contó al trote la vida y la obra del poeta como si estuviéramos asistiendo minuto a minuto a esa biografía simbólica del dolor de España.
Así entramos en la época de formación (la que González-Sinde llamó ayer "tiempo de esperanza"), a partir de la contemplación de Rubén Darío o Góngora, que tan decisivos fueron en la formación del poeta. Dice Rovira que, en ese proceso de mímesis a que sometió el poeta su aprendizaje, leía y repetía a Rubén Darío como si fueran los del nicaragüense versos que él mismo hubiera escrito; y sin embargo, leída su escritura, no tuvieron nada que ver.
Desde ese periodo esperanzado Hernández pasó, casi sin solución de continuidad, a la época en que le reciben, unos mejor que otros, en Madrid. García Lorca le acogió con desdén, quizá porque unos y otros se lo presentaban como un poeta capaz de escribir tiras de versos con tanta facilidad como la suya. Pero aquí acendró las amistades que dejó en Orihuela ("su pueblo y el mío": como Ramón Sijé) tanto como las que encontró en la capital. "Y fue un amigo sincero, verdadero, en él no había falsificación"; supieron de esa amistad Pablo Neruda y Vicente Aleixandre, y se la devolvieron con igual hondura; como José María de Cossío, o como José Bergamín. Hasta Juan Ramón Jiménez, "que ponía verde a todo el mundo", habló bien de Miguel, de sus versos, a pesar de que el poeta de Orihuela puso por las nubes (en el diario El Sol) Residencia en la tierra.
La guerra lo puso todo patas arriba; el compromiso de Miguel no era reflejo de la propaganda, a la que entonces también se entregó, sino que respondía al latido de la cultura que fue adquiriendo. En la exposición hay una grabación preciosa, que le hace Alejo Carpentier en París en 1937, cuando el poeta va camino de Moscú, a un festival de teatro; ahí está, leyendo la Canción del esposo soldado. Aún lleva la esperanza en el macuto.
Ahí está, en las trincheras; en la exposición es el hombre de las trincheras, y también el personaje rodeado por la pintura de la época, que Rovira y su equipo han rescatado de los archivos de Luis Quintanilla o de la Escuela de Vallecas. Los frescos de Luis Quintanilla tienen ahora el valor de reconstruir "una imagen de dolor y de tragedia" que ya marca el descenso a los infiernos de la guerra, la cárcel, la condena a muerte, la conmutación de la pena, la muerte.
Como decía César Vallejo de la vida, a Hernández no le dio respiro el infortunio; hubo dos procesos contra él; los documentos del segundo proceso se desvelan aquí, aportados por el escritor alicantino Enrique Cerdán Tato [a la vista de los hechos, la familia de Miguel Hernández ha solicitado al Tribunal Supremo la revisión y la nulidad del procedimiento sumarísimo realizado en su día contra el poeta por defecto de forma, informa la agencia Efe].
Pero no le cayó solo la muerte. Quisieron imponerle el olvido. Hasta principios de los años sesenta del siglo XX no se podía publicar su obra, no se podía hablar de él; y desde entonces a 1976 resultaba difícil hacerlo en España, aunque Joan Manuel Serrat (que ahora ha rescatado versos de Hijo de la luz y de la sombra) lo puso en el mapa a pesar del franquismo, gracias a sus versiones musicales. La exposición refleja bien esa contumacia de la censura franquista; no pudieron borrar al poeta, y él mismo, que jamás estuvo sin un papel, burló esa vigilancia férrea de los años en que aún duró, en la posguerra, escribiendo incluso en papel de retrete.
Rovira encontró papeles de váter donde Miguel escribió cuentos para su hijo Manuel Miguel. "Al margen de que él afirmara en una carta que eran traducciones de cuentos ingleses", dice el comisario de la exposición, "[son, sin duda] cuatro metáforas explícitas de libertad para que las leyese su hijo, metáforas de alguien que, en su escritura y su vida, quiso dejar constancia sobre todo de su voluntad de ser libre". Ahí se lee, por ejemplo: "Hasta la vuelta, pequeñuelos / y que no os vayáis a perder / en las estrellas de los cielos. / Venid siempre al atardecer".
En ese formato rústico, convertido ahora en un facsímil que es al tiempo una denuncia de la despiadada persecución que sufrió el poeta, el material pone los pelos de punta. "Hace unos meses", dijo ayer en su alocución inaugural la vicepresidenta Fernández de la Vega, "entregamos a los familiares de Miguel Hernández la declaración de reconocimiento y reparación personal". Y dijo la representante del Gobierno en esta nueva reparación pública a la ignominia que sufrió "el poeta necesario" del que habló Buero: "No podemos acabar con los horrores que Miguel Hernández, como tantos españoles y españolas, sufrió en aquel tiempo de sombras, pero sí podemos hacer justicia a su memoria, que es nuestra memoria".
Esos papeles de estraza son ahora como una bandera que se vuelve contra los que quisieron condenarle a la muerte y al olvido. En la Biblioteca Nacional está la respuesta del propio Hernández contra toda la ignominia que sufrió sin dejar en ningún momento de escribir hasta cuando no tenía con qué.
Wednesday, October 13, 2010
De la demanda de justicia a la demanda de subvención
Opinión: FERNANDO MAGÁN De la demanda de justicia a la demanda de subvención Fernando Magán, abogado de asociaciones de víctimas del franquismo, hace balance de la última década de trabajos en la recuperación de la memoria histórica FERNANDO MAGÁN Madrid 13/10/2010 09:54 Actualizado: 13/10/2010 12:26 NOTICIAS RELACIONADAS • Balance de diez años exhumando las fosas del franquismo La Universidad Carlos III prepara una jornada para hacer balance sobre las prácticas de exhumación realizadas en los últimos diez años. Como no tendré oportunidad de acudir a esa jornada, quiero ofrecer mi parecer en estas líneas bajo el amparo que me pudiera otorgar el haber presenciado una buena parte de ellas y haber tenido una amplia intervención ante los tribunales por esta causa. Valoro que estos diez años vienen marcados, cuando menos y en síntesis, por tres diferentes momentos. El primero, por una fase de denuncia que sobrecogió e impactó la conciencia ciudadana de nuestro país, la que puso en evidencia la realidad presente de los crímenes de la dictadura franquista con la existencia de desaparecidos, la que creó un amplio movimiento social en reivindicación en favor de la memoria de las víctimas, la que movilizó a muchísimas personas para auxiliar voluntariamente en tareas de exhumación; en definitiva, la que puso al poder político en dilema sobre el modo de actuar y al poder judicial ante su incapacidad para entender los hechos de los que se le daban noticia. El segundo -con la llegada al gobierno del partido socialista-, por una razonable expectativa de que este problema podría quedar abordado por los poderes públicos, al crearse la Comisión Interministerial, levantando muchas esperanzas entre las familias afectadas, siendo la muestra de éstas el ingente número de cartas recibidas, según este mismo órgano informaba; no obstante, la realidad de esta confusa fase es que terminó con la promulgación de la llamada ley de Memoria Histórica, que no consistió en otra cosa que poner en letra del BOE lo que ya se venía realizando, pero ahora mediante unas subvenciones para quienes emprendiesen estas prácticas. Cabe hacer un ejercicio de autocrítica para hacer posible el lema, Verdad, Justicia y Reparación Sin embargo, no dejó de restarle posibilidades de solución pública el que el Juez Garzón, con motivo de denuncias de desapariciones forzadas, se declarase competente para conocer de los hechos y que el problema en cuestión quedara bajo la tutela judicial, con unos instrumentos de investigación que se activarían mediante cooperación entre órganos jurisdiccionales. El tercero, por una rápida y agria reacción contra esa decisión judicial, dispuesta desde la Fiscalía General del Estado, y que en muy breve tiempo y de forma sumarial terminó con otra decisión de la Audiencia Nacional ordenando paralizar todas la exhumaciones que estuvieran en marcha y ello continuó con una inhibición del juzgado central a favor de los juzgados territoriales. Pero no quedó ahí esa reacción en contra, pues el Tribunal Supremo admitió querellas de grupos que justifican unos hechos delictivos, largamente denunciados, hasta el punto que el juez ha terminado apartado de ejercicio por el CGPJ y está en espera de juicio. Esta situación de persecución al juez Garzón y de inalterable mantenimiento político de la ley de memoria histórica y su sistema de subvenciones ha generado lo que parecen dos respuestas contradictorias. Por un lado, un movimiento ciudadano contra la impunidad, cuyo logro más importante son las manifestaciones del pasado mes de Abril y, por otro lado, que el grupo tradicional de asociaciones siga practicándolas, pero ya solo atento al Ministerio de Presidencia, pues la denuncia de los hechos que ocasionaron las desapariciones ha caído en desuso, lo que, consciente o inconscientemente, conlleva una gran perversidad. Perversidad que consiste en hacer mucho más fácil consolidar un sistema donde las víctimas no llegaran a tener la directa reparación del poder público conforme es una exigencia mínima de Derecho; también consolidaría un sistema que cada día genera mayores desconfianzas, con apariencia de intereses personales y modus vivendi inapropiados; frustra el necesario amparo y protección de familias que en determinados momentos ha aparecido como posible que les fuera proporcionado; a otras muchas les crea falsas expectativas ya que de tal modo solo una pequeña parte verá atendida de algún modo su esperada pretensión. En definitiva, se estaría contribuyendo a caer en la paradoja de consolidar todo lo contrario de lo que fueron las iniciales reivindicaciones del movimiento memorialista, nacido del levantamiento de los cadáveres de las cunetas. Por tanto, a todos en esa jornada, y en otras, no cabe sino hacer profundo ejercicio de crítica y autocrítica para continuar haciendo posible nuestro lema de Verdad, Justicia y Memoria.
Tuesday, October 12, 2010
Los republicanos podrán salir en 2011 del Valle de los Caídos
Los republicanos podrán salir en 2011 del Valle de los Caídos
El Gobierno informará a las familias de la posibilidad de identificar los restos
Franco trasladó en 1959 los restos de miles de republicanos enterrados en fosas y cunetas para la inauguración del mausoleo. - EFE
"Primero quitaron de una de las criptas una losa de mármol rectangular, de unos 60 centímetros de ancho y 40 de alto, después derribaron un muro de ladrillo y asomados, con la ayuda de unos focos, pudimos ver por fin los restos apilados bajo una lona y algunas de las cajas intactas". Es la descripción de los osarios del Valle de los Caídos que recuerda uno de los miembros de la Asociación por la Recuperación e Investigación Contra el Olvido (ARICO) tras la visita que el Ministerio de Presidencia organizó el pasado septiembre para los familiares de los republicanos que quieren separar a sus antepasados de la tumba de su verdugo.
El Gobierno prepara con la ayuda de forenses y arquitectos un informe para que las familias de los republicanos opten en 2011 a las subvenciones que Presidencia convoca cada año para proyectos relacionados con la memoria histórica. De esta manera, podrán iniciar los trámites para solicitar el traslado de los restos.
"Está todo destrozado. Es como una pirámide de huesos", señalaron fuentes del Ejecutivo el pasado 5 de agosto, cuando se hizo pública la denegación de la subvención a los proyectos de exhumaciones en el Valle de los Caídos a la espera de ejecutar en el mausoleo "trabajos previos".
El Ejecutivo inspeccionó los osarios en septiembre
Los familiares de los enterrados junto a los golpistas, Francisco Franco y José Antonio Primo de Rivera, lamentaron el portazo del Gobierno y exigieron visitar los supuestos desperfectos de las cámaras funerarias. Presidencia, junto a los técnicos del Ministerio de Justicia, aceptó la petición a cambio de discreción. Entre el 6 y el 10 de septiembre, los familiares solicitantes de la subvención acudieron a Cuelgamuros acompañados de los técnicos de Presidencia y del Ministerio de Justicia.
No hubo exhumación
Sin embargo, una de las asociaciones publicitó el pasado 15 de septiembre la visita en su web y el Gobierno, tras la publicación en la revista Interviú de unas fotos de las criptas abiertas, redactó un comunicado en el que admitía haber inspeccionado los osarios "en mayo y en septiembre", "sin que se haya procedido a ninguna exhumación ni traslado".
Caamaño dice que los forenses no pretenden exhumar los cuerpos
Pese a que las reconocidas actividades forenses en el Valle de los Caídos tienen como única motivación la comprobación de si es viable o no la identificación de los republicanos cuyos restos fueron robados por los franquistas para rellenar el mausoleo, el ministro de Justicia, Francisco Caamaño, declaró que los forenses "investigan el estado de las personas que se encuentran allí, pero nada más".
Presidencia ha recibido tres peticiones de personas o agrupaciones para sacar a sus familiares del Valle de los Caídos. Los solicitantes conocen el lugar exacto en el que los franquistas depositaron en 1959 las cajas con los esqueletos arrancados de fosas comunes y cunetas. "De la fosa del cementerio de Calatayud fueron trasladadas a bulto siete cajas llenas de huesos. Lo que sobró, así de crudo, lo dejaron en el osario. Sabemos que su identificación será imposible pero queremos devolver sus restos al pueblo de donde eran", defienden en ARICO.
Fausto Canales quiere recuperar los restos de su padre. Confía en poder hacerlo "una vez se apruebe el informe". Pero después de casi una década de pelea con la Administración no se conforma con recuperar los restos de su padre. Exige que el Gobierno facilite los datos de todos los miles de víctimas robadas sin el conocimiento de sus familiares.
33.847 muertos en el libro de difuntos
Más de 10.000 cuerpos sin identificar
El libro de difuntos en posesión de la abadía benedictina del Valle de los Caídos dice que hay enterradas en las criptas 33.847 personas. De ellas, 21.200 están inscritas con nombre, lugar de procedencia y espacio en el que están depositados. Otras 12.672 personas están registradas sin identificar. Franco optó por llenar el valle de republicanos después de recibir la negativa al traslado de las familias de víctimas franquistas como las de Paracuellos del Jarama.
El Gobierno digitaliza los documentos
Existen dos fuentes documentales para comprobar los nombres de las personas que fueron trasladadas a Cuelgamuros: el libro de registro de cuerpos y las órdenes del Ministerio de Gobernación con los traslados. El Gobierno digitaliza ambos documentos desde hace un año. El Congreso de los Diputados aprobó en septiembre de 2009 una moción en la que se comprometía a ayudar a las familias con republicanos en el valle.
Monday, October 11, 2010
EL VALLE DE LOS CAIDOS Y LOS DELITOS CONTRA LA HUMANIDAD.
Hoy, este "infausto" de Aldeaseca pasa de Fernando Magan
El día 6 de Noviembre de 2008 se conocía públicamente que desde el Juzgado de Garzón se había ordenado la exhumación de ocho víctimas del franquismo enterradas en la cripta del Valle de los Caídos, que habían sido llevadas hasta aquí de forma arbitraria, sin conocimiento alguno por parte de las familias y con motivo de la inauguración de este mausoleo, en el año 1958. Se realizaba este traslado desde un pozo, esto es, desde una fosa común, también clandestina, donde los restos mortales se hallaban ilocalizables desde Agosto de 1936, en la localidad abulense de Aldeaseca. Toda una realidad que no comenzó a conocerse hasta el verano de 2003, con motivo de una concienzuda búsqueda por parte de los familiares. A las 9 de la mañana del día siguiente, 7 de Noviembre de 2008, el fiscal de la Audiencia Nacional, Javier Zaragoza, mediante simple escrito y escueto contenido, daba pronta cuenta de esa diligencia judicial a su Sala Penal, que se reunió en el mismo día y de forma plenaria, ordenando suspender todas las vistas y actuaciones previstas para el día y procedía a ordenar, por mayoría y sin trámite de recurso, la paralización de esta exhumación y de todas. Es difícil poder comprender que oscuro y profundo trasunto institucional contendría la práctica exhumatoria de esta disposición judicial, una simple devolución de unos cuerpos que el propio Patronato de la Basílica había informado en Febrero de 2004 del lugar de inhumación, del columbario y su número de orden, para que la propia justicia actuara de forma tan excepcional y creara un innecesario momento de alarma social. Sobre mismo tema y hoy, se conoce a través de la revista Interviú que forenses al servicio del Ministerio de Presidencia habrían abierto varias de las criptas donde se encuentran un altísimo e indeterminado número de restos humanos. Y lo estarían haciendo, al parecer, pues no se dan otras razones, para recuperar los cuerpos que Garzón había ordenado exhumar; pero, además, resulta altamente llamativo que se haga actuando en contra de las propias manifestaciones del Gobierno hace breves fechas, en las que negaba rotundamente la posibilidad de abrir criptas. Si de lo que se nos informa en prensa constituyera una realidad, de hecho y de Derecho, vendríamos a encontrarnos ante una situación difícilmente imaginable incluso desde la ficción, que un Estado, antes dictatorial y ahora democrático, estuviera inhumando y exhumando unos mismos cuerpos, de modo clandestino, una y otra vez. Pero no sería lo único a señalar sobre el tema, pues cabe añadirle al menos dos cosas más. Una, que el caso en cuestión fue inhibido al Juzgado de S. Lorenzo de El Escorial y éste entendió que se trataba de un delito de grandes dimensiones, cuyo conocimiento no le correspondía, por tanto, ahora mismo se encuentra ante el Tribunal Supremo, todavía pendiente de resolverse, en consecuencia, sin posibilidad de ninguna actuación hasta tanto no decida; la segunda, que en el mausoleo existen miles de víctimas republicanas, sin identificar, continuan estando desaparecidas, lo que siguiendo solo sea al juzgado de El Escorial constituye un delito contra la Humanidad, del cual podría conocerse también en otras partes del mundo, como por ejemplo, ante la justicia argentina, donde ya existe causa por hechos relacionados. Fernando Magán es el abogado que tramitó la petición judicial de exhumación
La pena de muerte, una arbitrariedad medieval que también nos marca
FERNANDO MAGÁN
Última actualización 10/10/2010@17:44:06 GMT+1
España tiene un pasado inmediato que, en "tiempos de paz", ha dispuesto y ejecutado el mayor número concebible de condenas a muerte, cualquiera que sea la clase de país con el que establezcamos una comparación. Todo ello se hizo además de la forma más inaudita, la de una "justicia al revés".
NUEVATRIBUNA.ES - 9.10.2010
No dejo de percibir lo que desde la oficialidad no deja de ser un instrumento para la hiprocesía política: se denuncian condenas a la pena de muerte en estados débiles y a veces a debilitar, los musulmanes, africanos, etc., al tiempo que se pasan por alto, incluso se ignoran, las penas de muerte que se dictan y ejecutan en estados poderosos como puedan ser, por ejemplo, China o incluso EEUU.
Pero las personas hemos de reivindicar los derechos de las personas y, en primer lugar y por encima de todos los derechos, el derecho a la vida, que es al mismo tiempo un básico deber ciudadano. Defender la vida de cualquier persona y en cualquier lugar. De nada sirve el resto de reivindicaciones si no hacemos del derecho a la vida un claro eje central de todas las demandas.
Que las condenas a muerte sean dictadas por tribunales no quiere decir que estén amparadas en el Derecho, pues no dejarán de ser siempre un acto injusto y despótico, que en esencia representa la propia negación de la democracia. Cualquiera que sea el ordenamiento que ampare la condena, ésta siempre iría contra la Carta Universal, la norma básica en la que hoy la Humanidad intenta reconocerse.
De cara a la ciudadanía española, es decir, mirando directamente a España, no podemos profundizar en este derecho y en el resto de nuestros derechos si lo desvinculamos de las muchas ejecuciones que todavía hoy nos marcan y, sobre todo, que han dejado su impronta en muchas familias españolas. No nos puede bastar con contemplar que nuestro actual sistema constitucional ha abolido la posibilidad de la pena capital y que, como consecuencia, sólo nos veamos obligados a dirigir la mirada hacia otros lugares del mundo.
España tiene un pasado inmediato que, en "tiempos de paz", ha dispuesto y ejecutado el mayor número concebible de condenas a muerte, cualquiera que sea la clase de país con el que establezcamos una comparación. Todo ello se hizo además de la forma más inaudita, la de una "justicia al revés", ya que nos hallamos en la paradoja de que quienes sufrieron esas condenas lo hicieron, en el fondo, por haber cumplido con un deber, el democrático, el deber de fidelidad y acatamiento a la legalidad constitucional, la vigente y democrática en aquél momento.
Esta situación debe hacernos no sólo reflexionar sobre la situación padecida, sino que también debe inducirnos a mantener firmes convicciones y determinaciones respecto a un régimen que llevó a una sociedad a la negación de la convivencia, que llegó a celebrar juicios militares sin ninguna garantía hasta el final de sus días, con cinco condenas ejecutadas, con unas largas consecuencias que permanecen después de la muerte de quien encarnaba el sistema. Y el resultado final ha sido que en más de treinta años de democracia no ha existido una inequívoca condena ni del general Franco ni de su régimen. Esta es una deuda de nuestras instituciones democráticas para con quienes de forma injustamene cruel perdieron la vida y también para con quienes están reclamando debida y necesaria reparación.
Fernando Magán - Abogado de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH)
No dejo de percibir lo que desde la oficialidad no deja de ser un instrumento para la hiprocesía política: se denuncian condenas a la pena de muerte en estados débiles y a veces a debilitar, los musulmanes, africanos, etc., al tiempo que se pasan por alto, incluso se ignoran, las penas de muerte que se dictan y ejecutan en estados poderosos como puedan ser, por ejemplo, China o incluso EEUU.
Pero las personas hemos de reivindicar los derechos de las personas y, en primer lugar y por encima de todos los derechos, el derecho a la vida, que es al mismo tiempo un básico deber ciudadano. Defender la vida de cualquier persona y en cualquier lugar. De nada sirve el resto de reivindicaciones si no hacemos del derecho a la vida un claro eje central de todas las demandas.
Que las condenas a muerte sean dictadas por tribunales no quiere decir que estén amparadas en el Derecho, pues no dejarán de ser siempre un acto injusto y despótico, que en esencia representa la propia negación de la democracia. Cualquiera que sea el ordenamiento que ampare la condena, ésta siempre iría contra la Carta Universal, la norma básica en la que hoy la Humanidad intenta reconocerse.
De cara a la ciudadanía española, es decir, mirando directamente a España, no podemos profundizar en este derecho y en el resto de nuestros derechos si lo desvinculamos de las muchas ejecuciones que todavía hoy nos marcan y, sobre todo, que han dejado su impronta en muchas familias españolas. No nos puede bastar con contemplar que nuestro actual sistema constitucional ha abolido la posibilidad de la pena capital y que, como consecuencia, sólo nos veamos obligados a dirigir la mirada hacia otros lugares del mundo.
España tiene un pasado inmediato que, en "tiempos de paz", ha dispuesto y ejecutado el mayor número concebible de condenas a muerte, cualquiera que sea la clase de país con el que establezcamos una comparación. Todo ello se hizo además de la forma más inaudita, la de una "justicia al revés", ya que nos hallamos en la paradoja de que quienes sufrieron esas condenas lo hicieron, en el fondo, por haber cumplido con un deber, el democrático, el deber de fidelidad y acatamiento a la legalidad constitucional, la vigente y democrática en aquél momento.
Esta situación debe hacernos no sólo reflexionar sobre la situación padecida, sino que también debe inducirnos a mantener firmes convicciones y determinaciones respecto a un régimen que llevó a una sociedad a la negación de la convivencia, que llegó a celebrar juicios militares sin ninguna garantía hasta el final de sus días, con cinco condenas ejecutadas, con unas largas consecuencias que permanecen después de la muerte de quien encarnaba el sistema. Y el resultado final ha sido que en más de treinta años de democracia no ha existido una inequívoca condena ni del general Franco ni de su régimen. Esta es una deuda de nuestras instituciones democráticas para con quienes de forma injustamene cruel perdieron la vida y también para con quienes están reclamando debida y necesaria reparación.
Fernando Magán - Abogado de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH)
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