Todos yacen pasada la casilla de los camineros que había yendo hacia Lanzahíta pasada la primera curva en su margen derecho -así lo dice nuestro comentarista- en su buen hacer: Gracias octogenario.
Tú, Petra, que luego te inviertes como buena laudatoria con nuestro físico Arturo Duperier, con toda clase de homenajes como lo hacía aquella Corporación en la que figura tu abuelo Laureano, mientras a nosotros nos echas con cajas destempladas del Ayuntamiento donde no personábamos dos nietos de los fusilados y yo mismo.
Por poner una cualquiera: (La Petra el día que fuimos al ayuntamiento con la resolución del P. del C. se movilizó y armó una buena, me puso una denuncia en el juzgado no 2(archivada), puso a danzar al municipal y a la guardia civil, entraron en el domicilio de los padres de Ángel, se enfrentaron con José María y con Isabel… total un buen lío por ir al ayuntamiento con una resolución que nos era favorable.)
Negaciones, denuncias vacíos, por todo delito querer nosotros tener la información que existiera en los archivos municipales, indisolubles.
Me dicen algún aproximado que tengo una enfermedad contigo: Pues no quiero terapia que la remedie. Solo quiero que los cuchareros más jóvenes sepan, qué clase de alcaldesa fuiste: en todas las facetas.
Y fíjate como está la Memoria Histórica nacional y mundial.
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